madrid. Mario Palacios, el logroñés de doce años que el lunes se convirtió en el primer Masterchef Junior español, es un admirador de Karlos Arguiñano que disfruta con la cocina tradicional, y aunque todavía no tiene claro que su futuro profesional pase por los fogones, sí seguirá cocinando por afición.

El joven Masterchef ganó anoche la final del concurso ante casi 4,4 millones de espectadores con unas cocochas de bacalao al pilpil con berberechos, un plato que su madre prepara para ocasiones especiales. Gracias a ella empezó a cocinar, con siete años, ayudándola a preparar la comida cuando se rompió una pierna.

"Estoy muy contento y muy emocionado", dijo el ganador de Masterchef Junior, un programa producido por Shine Iberia y emitido por La 1 de TVE en el que concursaron dieciséis niños de entre ocho y doce años seleccionados de entre 3.000 aspirantes, que ha alcanzado un 18% de cuota de pantalla y un promedio de 3,4 millones de espectadores.

Mario Palacios ha ganado 12.000 euros para su formación académica, que aún no sabe si será en hostelería. "La cocina es para mí todavía una afición y no sé si podría ser una opción profesional. No lo he pensado", explica. Lo que sí tiene claro es que seguirá cocinando para su familia, en sus días libres y cuando no tenga "mucho que estudiar". Muchas veces siguiendo las recetas de su cocinero favorito, Karlos Arguiñano, del que tiene "varios libros" y al que le gusta ver en su programa televisivo de cocina.

Asegura que come "de todo", aunque uno de sus platos favoritos son los huevos con patatas. Entre acudir a un McDonald's o a un restaurante con estrella Michelin, opta por lo segundo. Le gusta en especial la cocina de su paisano Francis Paniego en El Portal de Echaurren (Ezcaray, La Rioja), con dos brillos, donde ya ha disfrutado en alguna ocasión. Y le encantaría volver allí para celebrar su premio, "ahora que es doble estrella Michelin", dice demostrando que está al tanto de las novedades del sector gastronómico. "Me gusta la cocina tradicional y también la cocina creativa con base tradicional, como la que hace Paniego", reconoce, para admitir que él aún no cocina "lo suficientemente bien como para usar nitrógeno líquido", siguiendo las enseñanzas de Ferran Adrià.

Concursar en este talent show culinario ha sido "una experiencia increíble" de la que ha sacado provecho. Su momento más duro fue elaborar un desayuno, porque no le gustó el resultado, y el mejor, "conseguir ganar preparando un plato en 25 minutos". "Creo que lo hice bien, fui evolucionando bien y merecía ganar", afirma quien dice del jurado que le proclamó vencedor -los cocineros Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez Rey y Jordi Cruz- que "los tres son muy majos". Sus cocochas de bacalao al pilpil con berberechos convencieron al jurado por ser "una explosión de sabor" y un plato "digno de un restaurante de alta cocina", y así se impuso al magret de pato con cuscús y salsa de frutos rojos elaborado por la otra finalista, Ana Luna, de once años.

muy reñido Los dos disputaron la reñida final con sus familiares y el resto de concursantes como espectadores de excepción en el plató: Aimar, Alba, Carlos, Cristina, Daniel, Esther, Jacobo, Juan, María, Marina, Mario, Noa, Pau, Remei y Rodrigo. Todavía se desconoce si habrá una segunda edición de Masterchef Júnior, pero las pruebas de selección para la segunda temporada de la versión adulta comenzarán en breve, ya que mañana se cierra el plazo de inscripción en los castings.