VITORIA. En enero de este año recibió una propuesta para presentar un espacio de reportajes, 60 minutos, y a ello se dedicaba hasta que Euskal Telebista le planteó un nuevo espacio que le va a dejar sin vacaciones de verano pero que le va a dar la oportunidad de volver a trabajar en directo. Comenta que tiene mucho interés en verse en la entrevista en directo, algo que no ha trabajado mucho, y que en el primer programa tendrá como protagonista al lehendakari Iñigo Urkullu. Espera con ilusión la noche del viernes y piensa que esas mariposas que suelen sentirse en el estómago antes de que se encienda el piloto rojo es posible que aparezcan.
Su recorrido profesional ha cambiado mucho en los últimos tres años y medio.
Hace tres años y medio presentaba el Teleberri y entonces me incorporé a la redacción de Miramon y he hecho lo que hace un redactor de informativos, que a fin de cuentas es lo que he sido desde el principio, aunque desde 2000 a 2009 estuve presentando el Teleberri. Este año, en enero, me propusieron hacer un programa de reportajes.
¿Le gustó la propuesta?
Era lo que yo había estado haciendo, aunque lo que hacía era fundamentalmente noticias siempre tenía la tendencia a especializarme en el reportaje con vídeos más elaborados y un poquito más largos. Lo que me ofrecieron fue un caramelo, lo podríamos encajar en un formato de reportaje largo.
Ahora le ofrecen un debate, quizá es un formato más novedoso para usted.
He hecho debates electorales y he hecho también Políticamente incorrecto pero es un formato que no he trabajado mucho y dentro de lo que va a ser El dilema algo que no he trabajado mucho son las entrevistas en directo. Alguna vez en Políticamente incorrecto hice alguna, pero no han sido muchas y me quiero ver en esa situación. Para cualquier periodista, una entrevista en directo es todo un desafío, es un aliciente. Ahora mismo, estoy pensando más en la entrevista que en el debate.
¿Cómo va a ser 'El dilema'?
Aunque los elementos van a ser más o menos los mismos, la estructura va a ser abierta. Habrá días que se comience con una entrevista y luego se vaya al debate y viceversa también. Los elementos básicos son debate, entrevistas -algunas relacionadas con el debate y otras no- y reportajes. Yo no presentaré solo, en este programa va a estar también Saioa Martija.
En verano se prepara una programación más liviana, con un toque más frívolo. Este parece un programa muy ambicioso para la temporada en la que estamos, ¿no cree?
A mí también me lo parece, pero no creo que sea malo tener ambición. Yo no tengo una fórmula mágica, como no la tiene nadie, y en televisión es muy difícil saber qué va a funcionar y qué va a fallar. Vamos a ver cómo se puede enganchar a la gente en un horario tan complicado como puede ser un viernes a la noche y en verano.
¿No le da mucho vértigo?
Sí, pero qué quieres que te diga, todo proyecto nuevo da vértigo. Forma parte de la profesión y yo estoy muy ilusionado por recuperar las sensaciones del directo. He trabajado muchos años en informativos, eso es directo puro y duro. Hacer un programa en directo es lo que me gusta y me llama en este momento.
Usemos el título del programa. ¿Fue un 'dilema' para usted decir sí a este programa?
Yo sabía que 60 minutos era un programa que terminaba con el curso, en junio; así que estaba haciendo planes de vacaciones cuando me ofrecieron presentar el programa. ¿Un dilema? No sé, al final decidí hacer el programa y estoy muy satisfecho de haberlo decidido así.
¿Dónde tenía pensado irse de vacaciones?
No estaba decidido ningún lugar concreto, pero está claro de que ya no hay planes de vacaciones.
¡Vaya faena que ha hecho a la familia!
Pues sí, pero son cosas que pasan. La verdad es que tienen mucha paciencia conmigo, pero estas cosas se hablan en casa y te apoyan.
Pasó de la popularidad de los informativos a un trabajo más anónimo de redactor. ¿Cómo fue esa etapa?
Hace unos días encontré una carpeta donde había guardado vídeos que había hecho y la estuve repasando y pensé que me ha venido muy bien volver a pisar la calle, volver a contar historias. Cuando trabajas de redactor y trabajas las historias desde el principio hasta el final también tiene su aliciente. Profesionalmente he estado bien y he tratado de disfrutarlo, aunque te reconozco que el directo, el estar a este lado de la pantalla, lo echaba de menos.
¿Qué le ha aportado '60 minutos'?
Profundizar en los temas. La televisión es un medio muy superficial, tiene un poder enorme, pero a veces la sensación es que apenas das cuatro pinceladas a los temas; un vídeo en un informativo tiene que durar un minuto veinte segundos como mucho. Te ponías a hacer un reportaje que como mucho iba a durar ese tiempo y te dabas cuenta que a la hora de sintetizar estabas dejando fuera cosas muy importantes.
Es también un formato diferente a lo que había hecho en televisión.
Yo como presentador me he tirado muchos años delante de la cámara de cintura para arriba, sentado en una silla. En 60 minutos, la entrevista puede ser andando o estás acompañando al protagonista a hacer algo; eso te obliga a tener recursos que no has explotado y a moverte en otros registros, a veces diferentes en función del tema.
¿Qué tipo de registros?
En un informativo tienes que estar serio, debe ser así. En 60 minutos hemos tenido reportajes serios y todo el tono tiene que ser serio, se me está ocurriendo el caso Cabacas; pero a la semana siguiente puedes abordar un tema ligero o que te permite dar una visión un poco más anecdótica. Para mí, ha sido un poco sorpresa verme en otros tonos. También me ha dado una buena lección, con 44 años de edad y 20 de periodismo, todavía se pueden aprender cosas nuevas.
¿Se ve de nuevo presentando informativos?
Los informativos es algo que he hecho durante tantos años y que he disfrutado tanto que me gustan mucho.
Está tan acostumbrado al directo que seguro que el viernes no siente las mariposas en el estómago antes de que se encienda el piloto rojo, ¿o sí?
Tendré que esperar a esa noche para poder contestarte, pero seguro que aparecerán.