"Cada generación ha dicho siempre que la juventud que le sigue es la peor"

VITORIA. Cuatro emite ya la quinta temporada de Hermano mayor, un espacio de coaching presentado por Pedro García Aguado. El conductor del espacio mantiene un contencioso con La Sexta ya que fichó con ella, incluso hubo promoción y al final volvió al grupo Mediaset. Ahora, la segunda cadena del grupo Planeta reclama al exjugador olímpico de waterpolo una elevada cantidad de dinero por incumplir su contrato, 840.000 euros. En la presentación del programa ha señalado que "le ha llegado la crisis por estar mal asesorado".

A estas alturas puede escribir un tratado de psicología adolescente y juvenil.

No es tan difícil saber qué está pasando con nuestros jóvenes. Más que problemas psicológicos son educacionales.

¿Por qué los padres no ven los problemas de sus hijos y usted sí?

Por una cuestión emocional; cuando algo te toca de cerca se te nubla la vista y las emociones bloquean la capacidad de ver las cosas con perspectiva. Cuando ves determinados comportamientos de tu hijo o tu hija, te hacen tanto daño que cierras los ojos.

¿Sentimientos de culpabilidad?

También y te conviertes en la gasolina que enciende ese comportamiento agresivo en tu hijo.

Dicen que los padres no son capaces de ver los defectos que tienen los hijos.

No aceptamos que no todos los niños son iguales, aunque sean hermanos no todos van a recibir la educación de la misma manera. A veces uno se pone una venda pero no por querer huir del problema, es por no poder solucionarlo o por entender que el hijo puede cambiar.

¿Es fácil cambiar?

Muchos piensan que por ser joven se puede luego reconducir la situación y a veces no es tan fácil.

La sociedad está en crisis, es cambiante, y se ha consumido hasta el infinito...

Si algo caracteriza a esta temporada de Hermano mayor es que hay chavales y chavalas que lo han tenido todo -tienen entre 18 y 20 años-, y han crecido con la burbuja económica, con la capacidad de poder tener todo lo que querían.

¿Padres que no han sabido decir que no?

Exacto, con lo cual, ese consumismo voraz y ese bienestar absoluto les hace no entender en la situación de crisis cómo sus padres no les pueden seguir dando todo lo que les habían dado hasta ahora.

¿Están preparados los jóvenes para una época en la que escasean los recursos?

Muchos no. Tienen que aprender a valerse con lo que tienen, que no todo es usar y tirar; pero a algunos les va a costar más que a otros.

¿Qué es lo que está fallando?

Ahora escasea el dinero y ha escaseado antes el dedicarle tiempo a la educación. Los padres y las madres han estado trabajando para poder tener la tele de plasma, un coche mejor e ir de viaje y ha faltado tiempo para poder ofrecer esa dedicación de calidad que podían necesitar nuestros hijos. Sobre todo, para aquellos hijos no obedientes de natural y que te van a poner más problemas, que son más retadores y que aceptan las normas de peor grado que los demás.

¿En alguna escuela de padres se enseña a decir que no?

En alguna escuela de padres sí que se enseña a decir que no.

Siempre relacionamos problemas juveniles con clases bajas o marginales.

Es un error. Los problemas juveniles son un mal endémico que se dan en todos los niveles de la sociedad, incluso en los más altos. El problema principal es que no se ha sabido decir que no.

En ocasiones se culpabiliza al trabajo de la mujer de los problemas de los hijos. ¿Usted qué piensa?

Influye en que la responsabilidad de padres en muchas familias se ha pasado a los abuelos y los abuelos ya hicieron el trabajo con sus hijos. Ahora puede pasar que se sienten incapaces de lidiar con alguna tipología de niño. Es evidente que hay que trabajar para sacar las familias adelante pero eso no te exime de tu responsabilidad de padre. Es cierto que cada vez hay chicos más especiales y más difíciles de tratar.

Los educadores tampoco están muy contentos últimamente.

Tenemos una tasa de fracaso escolar del 30% y genera muchas frustraciones e impotencia. Toda esa impotencia se convierte en agresividad.

Quizá es que se ponen ciertas metas que no son siempre justas: tienen que ser titulados, ir a la universidad, sacar las mejores notas... ¿Es un fracasado el que no llega a la universidad?

Para mí el problema no está en que alguien llegue o no llegue a la universidad.

¿Entonces?

Es cómo te hacen sentir tu padre y tu madre, también la sociedad, si no llegas a la universidad. Tratamos con chavales que son talentosos en algún área de su vida pero por no haber acabado esos estudios dejan correr su talento y no tienen capacidad de esfuerzo.

A los medios de comunicación saltan conductas juveniles negativas por las que juzgamos al conjunto de los jóvenes. ¿Son actualmente tan diferentes a generaciones anteriores? ¿Son más nocivos?

En la antigua Roma, un sabio decía: Esta juventud está loca. Cada generación ha dicho siempre que la que le sigue es peor, que tiene muchos problemas, etc, etc... Es cierto que ante el vacío de oportunidades que hay ahora se generan aspectos de violencia. La juventud sigue siendo lo que ha sido siempre, una etapa de autoconocimiento, de rebeldía, de posicionarse en la vida, de no tener las cosas claras.

Hay quien opina que es más difícil ser joven ahora a pesar de todos los recursos.

Yo creo que lo tienen más difícil porque es más fácil despistarse. Solo cabe decir que hay muchos chicos que viven en la casa de los padres con 28 y 30 años y dependen de ellos totalmente.

Los sociólogos dicen que es la juventud que menos se rebela al sistema de los últimos años.

El sistema se ha encargado de eso, internet, móviles, botellones..., como en algunos países de Sudamérica, mientras no falte el ron no protesta nadie. Algunos piensan que con las protestas no se consigue nada y de esta forma se fomenta el individualismo. Los movimientos juveniles que podían provocar cambios en el pasado ahora no existen.