- La pandemia ha traído más solidaridad y cercanía hacia la población extranjera. De hecho, el índice de tolerancia de los vascos hacia los inmigrantes marca su tasa más alta en más de quince años y se eleva a 66 puntos, según el Observatorio Vasco de la Inmigración Ikuspegi. En un contexto de pandemia, lejos de caer la aceptación, la sociedad vasca se ha mostrado "más comprensiva, inclusiva y tolerante" y solo el 3% cree en 2021 que habría que expulsar a todos, cuando en 2012, en el pico de la anterior crisis, esa tasa se elevaba al 21%.
"La sociedad vasca es más inclusiva y solidaria con la población de origen extranjero pese a las limitaciones de la pandemia y yo estoy muy orgullosa porque creemos en la diversidad como parte indisoluble de la sociedad vasca", declaró la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.
Arkaitz Fullaondo, investigador de Ikuspegi, destacó que, a diferencia de la crisis económica anterior, "con el covid-19 los indicadores de tolerancia y aceptación de la inmigración por parte de la sociedad vasca, han tendido a mejorar". El sociólogo subrayó que no se percibe hoy día el discurso de que la inmigración sea un problema en esta crisis. "En la anterior, sí hubo esa visión pero, desde entonces, se mantiene una tendencia clara a no verla como un problema y se asienta esa visión tolerante", precisó.
Sin embargo, sí hay aspectos manifiestamente mejorables ya que persiste la desconfianza hacia ciertos colectivos como los menores no acompañados, hacia creencias religiosas como el Islam y también se mira con recelo a los ciudadanos con procedencia del Magreb, Pakistán o Rumanía, algo sobre lo que Fullaondo llama a trabajar para luchar contra su "estigmatización".
Una de las principales conclusiones del Barómetro 2021 que Ikuspegi realiza anualmente en colaboración con la UPV/EHU y el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, es que la inmigración no es percibida como un problema para la ciudadanía. De hecho, en esta edición, el índice de tolerancia de la población vasca hacia las personas de origen extranjero marca su récord, aumentando hasta los 66 puntos, muy lejos ya del 53 registrado en 2012, la tasa más baja. En torno al 70 % de los vascos cree además que los inmigrantes son necesarios en algunos sectores, que ocupan puestos que los autóctonos no quieren (66%), que no hacen que bajen los sueldos (73%) y que no provocan que aumente el paro (58%). También suben nota los índices sobre convivencia en barrios y ciudades, así como el "rotundo" apoyo a que todos los inmigrantes accedan a la sanidad, la educación y las ayudas por la crisis del coronavirus.
El estudio refleja que la sociedad vasca rechaza un sistema de protección social únicamente para personas autóctonas y considera que "la sanidad y la educación pública deben ser derechos universales de todas las personas". Otro de los aspectos positivos recogidos es que pierden de forma progresiva peso e influencia los rumores y estereotipos falsos acerca de la migración.
Además, y por primera vez, son más quienes rechazan la afirmación de que las personas de origen extranjero se benefician en exceso del sistema de protección social que las que la apoyan.