- Las autoridades sanitarias catalanas ven con preocupación la proliferación de botellones y aglomeraciones sin mascarilla ni distancias, y temen que estos comportamientos y el regreso a las aulas en septiembre pueda suponer el inicio de una sexta ola, cuando la quinta ya se está desinflando.
Los indicadores epidémicos van mejorando día a día y ayer se bajó de 100 casos de covid por cada 100.000 habitantes a siete días, una incidencia que no era tan baja desde el inicio de la quinta ola, que se disparó con la verbena de San Juan, el 24 de junio.
Además de los botellones y aglomeraciones en el barrio barcelonés de Sants o en la Seu d’Urgell, en Lleida, otro motivo de preocupación de las autoridades sanitarias es el próximo inicio del curso escolar, el 13 de septiembre, aunque el pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Quique Bassat, descartó que el regreso a las aulas vaya a suponer una propagación de la epidemia porque, según él, la transmisión en las escuelas está muy “controlada” y no representa un problema de salud pública.
En declaraciones a RAC-1, Bassat confió en que “la vuelta a las aulas sea más fácil que la del año pasado” y afirmó que “la transmisión en el interior de las escuelas ha sido muy controlada y no ha representado nunca un problema de salud pública”. “Siempre hay voces discordantes que dicen que niños y docentes estarán en peligro, pero estamos en una situación mucho mejor, con el problema de la variante delta, eso sí. Ahora bien, tenemos vacunas y creo que la situación en las escuelas estará bien controlada”, señaló. Según el pediatra, “si conseguimos que el grupo de 12 a 18 años llegue a porcentajes de vacunación similares a los que tienen los adultos, estaría muy contento”.
De momento, más de la mitad de los jóvenes de Catalunya entre 16 y 35 años ya tienen la pauta completa y están inmunizados contra la covid, mientras que un 66,3% de todos los catalanes ya han completado el proceso de vacunación.