El Gobierno de Burkina Faso ha atribuido a "terroristas" la muerte de los periodistas Roberto Fraile y David Beriáin y de uno irlandés que fueron secuestrados en el este del país. "Por ahora, la identidad de los secuestradores no ha sido claramente establecida", afirmó el ministro de Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Ousséni Tamboura, quien subrayó que "el balance humano del incidente es de tres heridos y cuatro desparecidos, incluidos los tres expatriados y un burkinés". Pero un comunicado añadió: "Sin embargo, las imágenes de los cuerpos sin vida de tres expatriados aún no identificados formalmente están circulando en las redes sociales".
La noticia fue confirmada este mediodía por la ministra de Exteriores. Arancha González Laya explicó que se perdió el contacto con el grupo de 40 personas del que los fallecidos formaban parte el 27 de abril en una zona peligrosa debido a la actividad de grupo yihadistas y de furtivos.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, anuncia el fallecimiento de los dos periodistas
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) condenó los asesinatos y exigió una investigación del suceso. "Las autoridades de Burkina Faso deben investigar de manera exhaustiva y transparente los asesinatos de los periodistas David Beriain y Roberto Fraile y asegurarse de que los responsables sean encontrados y llevados ante la justicia", dijo la coordinadora del programa de África del CPJ, Angela Quintal.
Ousséni señaló que el ataque ocurrió este lunes alrededor de las 09:00 hora local (misma GMT), cuando individuos armados se dirigieron hacia un "convoy mixto" formado por efectivos de las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) de Burkina Faso y ciudadanos extranjeros en el eje Fada N'Gourma-Pama, en la Región del Este.
"Terroristas que abrieron fuego"
"El incidente --dijo el portavoz burkinés-- tuvo lugar precisamente a la altura de la reserva de Pama, donde los elementos del convoy iban en un vehículo y en motoclicletas. Los expatriados eran tres, de nacionalidades española e irlandesa".
El ministro agregó que, "según las primeras informaciones disponibles, durante su excursión el equipo se encontró con una posición ocupada por terroristas que abrieron fuego".
Según medios locales, individuos armados emboscaron a una patrulla de efectivos burkineses contra la caza furtiva en la zona de Pama, capital de la provincia de Kompienga, en la que iban empotrados los periodistas españoles.
"Los secuestradores lograron llevarse equipo militar", confirmó a Efe una fuente del Ejército burkinés que pidió el anonimato tras subrayar que "están en marcha operaciones de búsqueda".
Los atacantes están escondidos en un bosque de la zona, muy repleta de vida salvaje que atrae a los cazadores, según la misma fuente militar, que no facilitó más detalles.
Fuentes de seguridad revelaron al diario local Infowakat que los agresores también se llevaron doce motocicletas, un dron y aparatos transmisores y receptores de frecuencia.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de estos crímenes, Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso Tambao, en el norte del país. El hombre aún sigue desaparecido.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.
Los actos terroristas se atribuyen con frecuencia al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.
Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con un millón largo de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).
Burkina Faso forma parte del G5 Sahel, una coalición militar regional integrada también por Mali, Níger, Mauritania y Chad, y cuya misión es combatir contra los yihadistas en esa región africana.