- Apurar todas las medidas para tratar de evitar, o al menos aplazar, lo que parece inevitable. Ese es el plan del Gobierno para esta semana ante la petición creciente de las comunidades autónomas de que se amplíe el decreto del estado de alarma para poder declarar confinamientos domiciliarios.
La estrategia la ha concretado la ministra portavoz, María Jesús Montero, al pedir a las autonomías que adopten medidas contundentes para poner freno a una pandemia descontrolada con el objetivo de eludir, si es posible, "confinamientos superiores".
"Necesitamos medidas contundentes para frenar la expansión desde la prudencia, el rigor y la evidencia científica", dijo Montero, con una apelación a los "expertos", que desde hace semanas claman por un confinamiento general, más laxo que el de la pasada primavera, para cortar una acelerada transmisión, que ya multiplica por más de 10 (527) la incidencia acumulada fijada como límite por la OMS.
"Vamos a ir viendo día a día las circunstancias, porque las pandemias son así", subrayó la vicepresidenta Carmen Calvo apuntando al próximo lunes, en que entra en vigor la prórroga de seis meses del estado de alarma. "El primer paso es dar margen a todas las medidas y a partir de ahí tomar las decisiones", señaló Fernando Simón. Sanidad reitera que es necesario agotar los plazos con la vista puesta en el llamado modelo alemán con confinamientos perimetrales, reforzados los fines de semana, toque de queda y cierres de bares y restaurantes, actividades culturales y enseñanza superior.
Castilla y León y Asturias, partidarias de un confinamiento domiciliario como Ceuta y Melilla, y Aragón se han sumado a este modelo, con el cierre de la restauración la primera, el de toda su actividad económica no esencial la segunda, y el servicios como el comercio y la hostelería a las ocho de la tarde la tercera, que también cierra perimetralmente sus tres provincias.
Tras una reunión bilateral, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pidió al Gobierno asturiano algo más de tiempo para comprobar la eficacia de las medidas antes de recurrir al confinamiento, que rechaza de plano Madrid, cuya presidenta, Isabel Díaz Ayuso, dijo que trabajará "sin descanso para que sea algo impensable".
La Generalitat, que la semana pasada no desdeñaba un confinamiento total, lo despeja siete días después de su horizonte porque considera que las restricciones están dando sus frutos tras descender durante seis días consecutivos el índice de reproducción del virus (Rt) que ya se sitúa en 1,02, aunque sigue habiendo muchos positivos (6.210) y aumentan los fallecidos a 134. Sanidad y las comunidades llevarán sus propuestas al Consejo Interterritorial de Salud, que se reúne hoy para determinar si son pertinentes los cierres perimetrales por días como Madrid, que pretende repetir en el puente de la Almudena lo hecho en Todos los Santos.
Los expertos en salud pública, muchos de los cuales ven inevitable el escenario del confinamiento, ya dirigen sus miradas más allá para recordar que, una vez que se logre aplanar la curva de la segunda ola, no se deberían repetir los errores de planificación y gestión que se produjeron tras la primera.
En primer lugar, con la desescalada, que se precipitó en junio sin que se cumplieran los plazos para llegar a una equívoca "nueva normalidad", con un exceso de euforia ampliado por la proximidad del verano y una temporada turística que pronto quedó frustrada.
En segundo lugar, con el incumplimiento generalizado de las medidas para reforzar la Atención Primaria y contar con los rastreadores acordados para detectar los casos, trazar los contagios y aislarlos.
En tercer lugar, con la ausencia de un plan articulado en fases, que obligara a tomar medidas cuando se superaban los umbrales considerados por la OMS peligrosos, como el de 50 contagiados por cada 100.000 habitantes en 14 días o el de el 5 % de positividad en pruebas diagnósticas, que a fecha de hoy supera de media el 13,95 %.
Y en cuarto lugar, los datos, el desbarajuste estadístico, de certificaciones, notificaciones y retrasos, que ha impedido e impide desarrollar una política sanitaria certera.
Aragón cerrará toda actividad a las 20.00 horas. Aragón anunció ayer nuevas restricciones para frenar un repunte que califica de "tercera ola" y el Gobierno de Javier Lambán (PSOE) decretará el confinamiento perimetral de las provincias y el cierre de todas las actividades y servicios no esenciales a las ocho de la tardes.
Castilla y León cierra hostelería y centros comerciales. Castilla y León cerrará la hostelería y los centros comerciales desde el viernes. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco (PP) pidió que el Gobierno asuma "las medidas de excepción" que la pandemia requiere, entre ellas el confinamiento domiciliario si fuera preciso. Ceuta solicitará la misma medida hoy.
Un tercio de las UCI, ocupadas por pacientes covid. Un tercio de las camas UCI (el 29,1% exactamente) de los centros sanitarios españoles está ya ocupado por pacientes con covid, según Sanidad. En este momento hay 2.754 personas ingresadas en estas unidades, 104 más que el lunes, con 531 ingresos más que altas. Desde el inicio de la pandemia, ha habido 15.898 enfermos en estos servicios. Este indicador es un detonante clave para endurecer las medidas que toman las comunidades, ya que las unidades de intensivos son las más difíciles de improvisar y suplir, y tienen un efecto inmediato sobre la mortalidad. Hay 9 CCAA por encima de un 35%, el valor que se considera límite: Aragón (48%), Asturias (38%), Castilla y León (39%), Cataluña (42%), Ceuta (47%), Madrid (38%), Melilla (57%), Navarra (40%) y La Rioja (57%).