La Agencia Vasca de Consumo, Kontsumobide, ha publicado este viernes una nota sobre los derechos que asisten a los consumidores mientras estén vigentes las medidas restrictivas para contener la pandemia de COVID-19.
En el caso de servicios como gimnasios y academias, estas pueden ofrecer alternativas como clases online o recuperación de las mismas a posteriori, pero es el cliente el que decide si acepta o no. En caso negativo la empresa deberá devolver el importe abonado de forma proporcional a los días no disfrutados.
También es posible que ambas partes acuerden una minoración de cuotas posteriores, aunque la empresa no podrá girar más recibos hasta que se reanude el servicio.
En el caso de la suspensión de vuelos, la aerolínea puede ofrecer fechas alternativas o vales por el importe del billete, pero de nuevo la última palabra la tiene el cliente. Si no acepta, se le debe reembolsar el dinero y no es lícito hacerlo mediante un vale si antes no se ha precisado que la devolución se haría de esa manera.
Además, cuando el pasajero queda atrapado en un lugar en concreto la aerolínea debe sufragarle comida y bebida, facilitarle dos llamadas telefónicas o acceso a correo electrónico y si fuese necesario una o más noches de alojamiento, así como el transporte entre el aeropuerto y el lugar de alojamiento.
Durante la pandemia también se han cancelado viajes en tren. Se aconseja en estos casos consultar las medidas sobre cambios y anulaciones sin coste que han habilitado las compañías. En el supuesto de que el cliente no pueda viajar como consecuencia del estado de alarma se podrá "resolver el contrato sin penalización, en el plazo de 14 días a contar desde la finalización" del citado estado.
En los viajes combinados (por ejemplo, transporte y alojamiento) cancelados por el COVID-19 el consumidor puede recibir un bono por la misma cuantía con validez de un año desde la finalización del estado de alarma. Si en ese plazo el consumidor no lo usa, podrá solicitar el reembolso.
El coronavirus también ha causado la suspensión de eventos culturales y deportivos, y está impidiendo hacer efectivas reservas en hoteles y restaurantes. En estos casos el cliente tiene derecho a resolver el contrato sin penalización hasta 14 días después del fin del estado de alarma. La empresa podrá ofrecer alternativas (otra fecha, un bono) pero si en dos meses no es aceptada deberá reembolsar el dinero.
En el caso de las compras por internet, Kontsumobide recuerda que el comerciante debe entregar los bienes "sin demora indebida y en un plazo máximo de 30 días" y que si en este lapso de tiempo se incumple el consumidor puede resolver el contrato.
Además, durante el estado de alarma se han suspendido los plazos de desistimiento de compra, que habitualmente son de 14 días, y de devolución.
Kontsumobide recuerda en todo caso que el comercio electrónico genera un alto nivel de tráfico en las calles (transportistas, repartidores) por lo que recomienda no comprar por este sistema más de lo estrictamente necesario mientras dure la pandemia.
La Agencia Vasca de Consumo ha informado además de que desde este lunes los bancos han empezado a elevar de 20 a 50 euros el límite pagar con tarjeta sin marcar el PIN como medida para prevenir contagios, y de que las funerarias deben cobrar lo mismo que antes de que se decretara el estado de alarma.
La actitud de la mayoría de comercios y servicios "está siendo ejemplar, pero lamentablemente los especuladores también tratan de sacar provecho de la crisis" y por ello Kontsumobide vigila la fijación de precios para evitar prácticas abusivas.http://ENLACE_NOTICIA-525/