- El Gobierno del Reino Unido defiende su estrategia paulatina contra el coronavirus entre la creciente alarma de la población por la ausencia de medidas drásticas similares a las de otros países, como la prohibición de eventos y el cierre de escuelas.
El asesor médico del Estado, Chris Whitty, reiteró ayer que las iniciativas oficiales persiguen "salvar vidas y proteger a los más vulnerables", tras informar de que las muertes por covid-19 se han doblado en las últimas 24 horas en el país, hasta un total de 21, con 1.140 positivos confirmados. Diez personas han fallecido entre el viernes y el sábado en diferentes hospitales de Inglaterra, todas de más de 60 años y con patologías previas, señaló Whitty, que indicó que todos los pacientes estaban dentro de "grupos de riesgo".
La oposición laborista, que en general apoya el enfoque gubernamental dictado por científicos, ha pedido que el Gobierno conservador publique sus proyecciones sobre la propagación del virus y su plan a largo plazo a fin de responder a las "preguntas legítimas" de la población.
Esta semana, el exministro de Sanidad conservador Jeremy Hunt expresó su "preocupación" por que el Gobierno no haya tomado medidas más radicales como prohibir congregaciones masivas a fin de prevenir contagios y evitar situaciones como las de Italia o España. Sin embargo, el asesor científico del Estado, Patrick Vallance, argumenta que, aunque medidas como esas "llaman la atención", tienen relativamente "poco impacto" en primera instancia frente a otras más eficaces, como lavarse bien las manos y aislar a los contagiados, y solo deben aplicarse en el momento adecuado.
Vallance explica que, dado que el Reino Unido presenta aún pocos casos, es más eficaz reservar iniciativas de choque como el cierre de escuelas o comercios, que no son sostenibles por mucho tiempo, hasta que se llegue a un punto determinado de infección y así además se puede desarrollar inmunidad dentro de la sociedad. El pasado jueves, el Gobierno pasó a la segunda fase de su plan contra el coronavirus, en que trata de "retrasar" su propagación en este país, en lugar de contenerla, a fin de optimizar los servicios públicos, y estima que el pico de positivos se producirá dentro de diez a catorce semanas.
Además de las medidas higiénicas y de aislamiento de personas con síntomas incluso de resfriado, el Ejecutivo se prepara ahora para prohibir los eventos multitudinarios (aunque no el cierre de escuelas) a partir de la semana próxima, después de haber vetado también las excursiones escolares al extranjero y desaconsejado los viajes a las zonas más afectadas.
En Francia, el primer ministro, Édouard Philippe, ordenó ayer el cierre a partir de la pasada medianoche de todos los lugares abiertos al público salvo los "no indispensables" ante la aceleración de la difusión del covid-19 en las últimas horas, que atribuyó a que no se respetan las consignas oficiales. El jefe del Gobierno aseguró que "las primeras medidas adoptadas para limitar las reuniones han sido imperfectamente aplicadas", lo que ha llevado a "una aceleración de la difusión del virus y, en ciertos territorios, a un aumento del número de personas en reanimación"
Y en Italia, el último balance de fallecidos por el coronavirus eleva el total de muertos a 1.441 y el total de casos a 21.157. Este nuevo balance supone un aumento de 175 fallecidos frente a los 1.266 del viernes, y el número de casos ha aumentado en 3.597. El número de pacientes en cuidados intensivos es de 1.518. Lombardía sigue siendo la región más afectada.