madrid - Victoria Anna, la primera bebé probeta nacida por fecundación in vitro en el Estado español, cumplió ayer 35 años, en los que los métodos de reproducción asistida han evolucionado tanto que ahora una tercera parte de las fecundaciones artificiales se hacen con óvulos de donante.
Los padres científicos de Victoria Anna, que pesó 2.470 kilos al nacer y fue el cuarto bebé que nació en Europa por fecundación ‘in vitro’ y el sexto en todo el mundo, fueron el ginecólogo Pedro N. Barri, la bióloga Anna Veiga y un equipo de especialistas de la entonces clínica Dexeus, actualmente Dexeus Mujer. Barri recordó que “Victoria Anna nació al anochecer y el parto se inició espontáneamente a las 37 semanas de gestación”.
Los padres biológicos de Victoria Anna son una pareja de Badalona (Barcelona), en la que ella tenía un problema de obstrucción en las trompas de Falopio que dificultaba el embarazo. “Pero una vez que se quedó embarazada, la evolución del embarazo fue completamente normal, aunque hacíamos controles exhaustivos cada tres días”, recordó Barri, que señaló que actualmente la fecundación in vitro es una práctica común con la que han nacido más de 8 millones de niños en todo el mundo. Según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), un 8% de todos los niños que nacen actualmente lo hacen con la ayuda de la reproducción asistida.
Barri destacó que el nacimiento de Victoria Anna “fue un hito para la ciencia y abrió una puerta a la esperanza para muchas mujeres y familias con problemas de fertilidad. En el Estado, además, marcó un antes y un después, ya que fue el paso definitivo para impulsar el avance y desarrollo de la medicina de la reproducción”.
la legislación menos dura Según Dexeus Mujer, un 22% de las fecundación in vitro son ciclos de transfer diferido, con embriones previamente congelados, y más de un 30% precisan óvulos de donante.
Los especialistas de Dexeus han resaltado que la legislación española, además, es mucho menos restrictiva que en otros países y permite la preservación por motivos sociales y la donación de óvulos de forma anónima, lo que también ha favorecido el llamado turismo reproductivo. - Efe