Madrid - La defensa del principal responsable de la tragedia del Madrid Arena, Miguel Ángel Flores, negó ayer en el Tribunal Supremo que existiera un sobreaforo y responsabilizó al Ayuntamiento de Madrid por la falta de seguridad así como por las deficiencias de un recinto “ilegal” cuya pista era “inevacuable”. Son los principales argumentos que el letrado José Luis Cortés expuso en la vista pública, celebrada en el Salón de Plenos del Alto Tribunal, para revisar los recursos de los condenados y algunas familias contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a Flores a cuatro años de prisión por ser el máximo responsable de la muerte de cinco jóvenes el 1 de noviembre de 2012. En su intervención, el letrado negó toda responsabilidad de su cliente en la tragedia -por la que se condenó a siete de los quince acusados en la causa- al afirmar que “no existe ni una prueba de cargo” que permita condenar a Flores por lo ocurrido. Lo negó todo: el sobreaforo, la elevada venta de entradas que, según la sentencia, fue de 16.492 y que Flores rebaja a 9.650, su responsabilidad en la seguridad o la contratación de un servicio médico deficiente y sin medios. Y responsabilizó directamente de lo ocurrido al Ayuntamiento al considerar que la causa de la tragedia se debe a las “deficiencias estructurales” de un “edificio radicalmente ilegal” cuya pista central era “inevacuable” en caso de incendio. El abogado aseveró que el recinto “nunca tuvo licencia, porque siempre se denegaba” y que “las deficiencias nunca fueron subsanadas”, por lo que “era imposible el control del aforo por planta y el flujo de acceso”. Igualmente, cargó contra el Ayuntamiento por su responsabilidad en la seguridad del evento al imponer la contratación de Seguriber, que no desplegó efectivos ni vigilantes suficientes, puesto que Flores solo dispuso de “un servicio de orden sin autoridad”.
Al margen de los condenados, las letradas de dos de las cinco familias pidieron a la Sala que condene a los médicos Simón y Carlos Viñals por su responsabilidad en las muertes de las jóvenes. Argumentaron que los doctores no prestaron la debida atención médica a las víctimas, que fueron erróneamente diagnosticadas, que la avanzada edad de Simón (77 años) influyó decisivamente al no poder realizar determinadas maniobras. - Efe