vitoria - El fin a la guerra de la prescripción enfermera se valoró ayer en Euskadi con prudencia habida cuenta el largo historial de desencuentros. El tira y afloja mantenido para conseguir que el personal de enfermería pueda indicar, usar y autorizar ciertos medicamentos suscitó numerosas reacciones. Así, el consejero de Salud, Jon Darpón, aseguró que el acuerdo de prescripción enfermera es una “muy buena noticia” aunque consideró “poco justificado el retraso” del Ministerio de Sanidad. Mientras tanto, desde los colectivos de enfermería analizaron con reservas el acuerdo, a falta de que se concrete y se plasme el texto definitivo con los cambios en el BOE.
El ministerio de Sanidad acordó el martes con los representantes de los médicos y la enfermería modificar el Real Decreto de 2015, de forma que los enfermeros podrán vacunar y recetar determinados medicamentos en su práctica diaria. Así, la nueva normativa contempla las competencias de estos trabajadores en este ámbito, aunque aún queda por especificar qué fármacos podrán recetar sin la supervisión de un facultativo, aspecto que solucionará una comisión. Asimismo, el acuerdo aclara que los enfermeros que prescriban no necesitarán una formación adicional. Todo ello con el objetivo de otorgarles una mayor seguridad jurídica.
Darpón puntualizó ayer que “no entiende” cómo el Ministerio de Sanidad ha tardado 24 meses en llevar a cabo una modificación que había sido solicitada por varias comunidades autónomas, entre ellas Euskadi”, aseguró el consejero durante una visita que realizó junto con el lehendakari al centro sociosanitario de Cruz Roja de Donostia. “El acuerdo logrado nos da la razón y deja en evidencia la falta de liderazgo del Ministerio de Sanidad que ha hecho oídos sordos durante meses a las exigencias de las comunidades autónomas y consiguió un acuerdo cuando ya ha comenzado la campaña de vacunación antigripal. Ha necesitado dos años para solucionar un problema que ellos mismos habían creado, por lo que nos alegramos de que hayan sabido rectificar aunque sea tarde”. Por ello, reclamó al Ministerio que sea “más diligente y avance” en la tramitación de la modificación del Real Decreto, que debe pasar por el Consejo Interterritorial de Salud, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros.
“Nos parece muy importante el hecho de que no se haya mercantilizado la formación del personal de enfermería y que se reconozca la capacidad de este colectivo tan vital en el sistema sanitario en lo que a prescripción de medicamentos y fármacos se refiere. Nuestra felicitación a todas las enfermeras y enfermeros. Sin embargo, nos llama la atención el hecho de que temas organizativos y de cariz totalmente profesional el Ministerio de Sanidad los haya tratado únicamente con los sindicatos corporativos, olvidando al resto de la representación sindical y a la mayoría de los profesionales sanitarios que no están sindicalizados”, resaltó.
En este sentido, lamentó la actitud del sindicato SATSE “que ha corrido a firmar un acuerdo con el Ministerio del Gobierno que más recortes en sanidad ha impulsado, siendo este mismo sindicato, SATSE, incapaz de llegar a acuerdos en Euskadi. Es más, no deberíamos olvidar que en Euskadi, este sindicato ha llamado estos días al personal de enfermería a no vacunar contra la gripe, anteponiendo sus intereses a la salud de la sociedad vasca”, censuró Darpón.
Por su parte, desde los colegios vascos de enfermería prefirieron no valorar el nuevo acuerdo al desconocer el texto íntegro del mismo. Además optaron por esperar al texto que finalmente se publique en el BOE “ya que anteriormente sucedió que se acordó un texto y se publicó otro con modificaciones sustanciales”. Asimismo, fuentes autorizadas, aseguraron que se habla de protocolos y guías clínicas que no están definidas.
Y es que la desconfianza todavía reina en el seno del colectivo de enfermería. No hay que olvidar que desde que empezara a tratarse este tema allá por el año 2009, cuando se modificó la Ley del Medicamento para incorporar esta reivindicación histórica del colectivo, hasta que en 2015 se aprobó el polémico Real Decreto, la discusión ha sido muy sonada. Tanto, que finalmente se llevó al Consejo de Ministros un texto que, a juicio de los colegios de enfermería, dejaba sin sentido su cometido, ya que implicaba que cada paciente debía ser visto y recetado por el médico antes de que ellos interviniesen.