Bilbao - A nivel sanitario Euskadi parece que no tiene nada que envidiar. Según el Informe de los Servicios Sanitarios de las CCAA (2016) de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, la CAV goza junto con Navarra y Aragón de los mejores servicios sanitarios del Estado. E incluso a nivel europeo apunta maneras con medidas como el Decreto sobre Seguridad del Paciente en Euskadi. Sin embargo, ¿está toda la población igual de bien? Con el objetivo de dar respuesta a esta pregunta Imanol Montoya Arroniz, técnico estadístico en el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, estudió en sus tesis doctoral el impacto que las desigualdades socioeconómicas tienen en la mortalidad. Su conclusión: existen diferencias relevantes en el riesgo de mortalidad dependiendo de dónde se viva.
“Esto quiere decir que en las zonas más desfavorecidas el riesgo de mortalidad es claramente superior a las zonas más favorecidas”, explica Montoya. Tal y como apunta en su tesis Evolución de las desigualdades socioeconómicas en la mortalidad en áreas pequeñas de la Comunidad Autónoma del País Vasco, el riesgo de mortalidad general es un 20% superior en las zonas más desfavorecidas. Esto se traduce, en el caso de los hombres, en alrededor de 830 muertes anuales atribuibles a las desigualdades socioeconómicas -es decir, muertes que se habrían evitado si toda la población de Euskadi gozase de las mismas oportunidades, servicios e infraestructuras que la población que reside en las zonas más favorecidas- y un promedio de dos víctimas diarias.
Estas zonas más desfavorecidas serían, en Bizkaia, la Margen Izquierda y las secciones del sur de Bilbao (Basurto, Rekalde, Ibaiondo y Begoña). En Gipuzkoa estarían en Pasaia, Errenteria, Soraluze y alguna en Hernani y Andoain. Y en Araba se encuentran algunas zonas de Gasteiz: los barrios del Pilar, Zaramaga, Ali-Gobeo, Abetxuko, Casco Viejo y Adurtza; y también en Agurain. En total, alrededor de un 20 % de los tres territorios históricos. “No son zonas residuales concretas, sino que se trata de un área importante de Euskadi donde reside el 18,4 % de la población”.
En cuanto a las más favorecidas, en Bizkaia se concentrarían en el centro de Bilbao y la Margen Derecha, así como en la zona Plentzia-Mungia. En Gipuzkoa estarían en el centro de Donostia y en algunas zonas de Zarautz, Irun, Hondarribia y Zumaia. Y en Araba en toda el área sur de Gasteiz y en el centro de la ciudad. “Al final es un poco lo que todos tenemos en la cabeza sobre qué barrios son mejores y cuáles peores”.
Principales causas de mortalidad Respecto a las principales causas de mortalidad, el nivel socioeconómico del lugar de residencia también influye. Un 25 % de la mortalidad por cirrosis o por cáncer del tracto respiratorio y digestivo es atribuible a las desigualdades socioeconómicas del lugar de residencia; y entre un 10 % y un 20% de los fallecimientos también son atribuibles en el caso del suicidio, las causas externas, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de pulmón, el cáncer de estómago y los tumores malignos.
Concretamente, si se comparan las zonas más desfavorecidas con las más favorecidas el riesgo de mortalidad por cáncer de pulmón en las primeras en el caso de los hombres es un 37% superior. En cuanto a los tumores es un 21% mayor, hasta un 65% en lo que se refiere a la cirrosis y un 53% por suicidio.
Por otro lado, en lo que a las mujeres se refiere, en las zonas más desfavorecidas el riesgo de mortalidad por diabetes es un 50% superior y un 51% mayor por cáncer de estómago.
Para obtener estos datos, Montoya ha analizado Euskadi por secciones censales -en total 1.645- que son áreas geográficas inferiores a los barrios en donde viven personas que comparten características socioeconómicas y ambientales. El nivel socioeconómico de cada área geográfica se ha medido usando un índice que tiene en cuenta cinco indicadores socioeconómicos: porcentaje de trabajadores manuales, desempleo, asalariados eventuales, instrucción insuficiente e instrucción insuficiente en jóvenes. A continuación, se han asociado estos datos con las tasas de mortalidad.
Asimismo, para asegurar la fiabilidad de los resultados, se han estudiado dos periodos diferentes (1996-2001 y 2002-2007), replicándose en el segundo los resultados del primero. En el primero la mortalidad general atribuible a desigualdades socioeconómicas asciende a 5.278 víctimas y, en el segundo, a un 4.475, lo que se traduce como un 10% sobre el total de fallecimientos en los hombres. “Esto quiere decir que hasta 2007 las muertes atribuibles a desigualdades socioeconómicas prácticamente se han mantenido”, informa Montoya.
Sin embargo, en opinión del estadístico estas cifras se podrían acentuar. El responsable: la crisis. “Los efectos de esta se van a notar a medio o largo plazo, pero no pensamos que vaya a mejorar”. En el mejor de los casos, Montoya comenta que las muertes atribuibles a las desigualdades socioeconómicas no empeorarán, aunque lo considera improbable.
Cuantificado por primera vez Esta es la primera vez que se ha cuantificado el impacto que tiene el hecho de vivir en un sitio o en otro sobre la mortalidad, algo que Montoya considera crucial. “Analizar la distribución geográfica de indicadores de salud es muy importante para saber dónde actuar y poder desarrollar políticas públicas adecuadas que permitan reducir las desigualdades en salud”. Actualmente, el Gobierno Vasco ya están trabajando en el siguiente periodo, en el que entrará en juego el factor crisis.
“La gente intuye que existen desigualdades socioeconómicas y estos análisis han ratificado esta intuición”. Con el fin de divulgar los resultados de esta investigación, Montoya ofrecerá este miércoles 26 a las 19.00 horas una conferencia llamada ¿Las desigualdades sociales matan en Euskadi? Sí, y hay cifras en Azkuna Zentroa en Bilbao. Esta ponencia está incluida dentro de la Zientziateka, un programa de charlas sobre temas científicos diversos que está organizado por la Cátedra de Cultura Científica (UPV/EHU) y la Fundación Euskampus. Mientras tanto, Montoya insiste en la conclusión principal de su tesis: “El riesgo de mortalidad varía mucho, depende de dónde se viva, y eso hay que corregirlo”.
830 muertes anuales. En el caso de los hombres, en Euskadi ocurren 830 muertes anuales atribuibles a las desigualdades socioeconómicas, lo que se traduce como un 10 % sobre el total de fallecimientos.
Por causas. Un 25 % de la mortalidad por cirrosis o por cáncer del tracto respiratorio y digestivo es atribuible a las desigualdades socioeconómicas, así como entre un 10 % y un 20 % de los fallecimientos en el caso del suicidio, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el cáncer de pulmón, entre otros.
Charla en Azkuna Zentroa. Con el fin de divulgar estos resultados, Montoya ofrecerá este miércoles 26 a las 19.00 horas una conferencia llamada ¿Las desigualdades sociales matan en Euskadi? Sí, y hay cifras en Azkuna Zentroa. Esta ponencia está incluida dentro de la Zientziateka, un programa de charlas organizado por la Cátedra de Cultura Científica (UPV/EHU) y la Fundación Euskampus.