En 2045 la muerte será opcional” y para entonces el envejecimiento “será una enfermedad curable”, asevera el ingeniero y profesor fundador de la Singularity University en Silicon Valley, Jose Luis Cordeiro. Cordeiro, quien estudió en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Cambridge, donde se licenció en Ingeniería Mecánica, asegura que “vamos a curar el envejecimiento” y no sólo eso, sino que también afirma que el proceso se revertirá y “seremos capaces de rejuvenecer”. Él mismo dice que no piensa morir, “ahora sólo ganamos tiempo con cuerpos que envejecen”, pero afirma que llegará un día en que “se podrá detener el envejecimiento”. El explorador Juan Ponce de León llegó al nuevo continente y buscó la fuente de la eterna juventud, “pero se adelantó a su tiempo”, bromea.

La prueba de que curar el envejecimiento es posible, explica, es que “ya existen células que no envejecen en la naturaleza”, como las germinales, las cancerígenas o algunas bacterias. En biología, las células más famosas son las HELA, con las que se descubrió, ya en 1951, que el cáncer es inmortal, “que no envejece”, matiza Cordeiro.

Para llevar a cabo estas afirmaciones este científico se basa también en la “singularidad tecnológica”, la corriente que apunta al advenimiento de la inteligencia artificial y que da paso al “posthumanismo”. Cordeiro defiende, además, el “transhumanismo”, la filosofía en la que ciencia y tecnología buscan combatir las limitaciones humanas “fusionándolas con el ser humano”. Según este profesor universitario, el fin de la “edad humana” llegará en 2045, momento el que se denominará, según su teoría, la edad “de humanos mejorados y súper longevos”. Y vaticina que la “muerte de la muerte” tendrá lugar en menos de treinta años.

Uno de los profesores de Cordeiro, Marvin Minsky, aseguró hace más de veinte años que “los robots heredarán la tierra”. Ahora, veinte años después, Cordeiro augura que esos robots “seremos nosotros”. “También disfrutaremos de la inmortalidad informática”, el profesor asegura que no sólo se llegará a la inmortalidad biológica, puesto que todo la información almacenada en el cerebro se podrá trasladar a un ordenador. - Efe