Madrid. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, insistió ayer tras el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), que ser una "mujer estéril" será indispensable para poder acceder a los tratamientos de reproducción asistida en el sistema sanitario público. El problema que se plantea ahora es qué considera el Ministerio por esterilidad, porque las palabras de Mato no han hecho sino aumentar la incertidumbre entre lesbianas y mujeres sin pareja. Y es que, la ausencia de una pareja masculina en la práctica es considerada por algunas comunidades como esterilidad.
"Todas las mujeres que tengan problemas médicos para concebir pueden acudir a la fecundación asistida con financiación pública", afirmó la ministra tras la reunión mantenida con los consejeros del ramo. Posteriormente, preguntada sobre qué criterio puede considerar el médico para incluir o excluir a una paciente de un diagnóstico de infertilidad, Mato afirmó que ella no cree que "la falta de varón sea un problema médico". Una medida que ha sido polémica en los últimos días tras conocerse un borrador presentado por Sanidad del grupo de trabajo de la cartera común básica de servicios, que incluirá dentro de sus criterios de inclusión solo a parejas integradas por mujer menor de 40 años y hombre menor de 55 años, lo que deja fuera de los mismos a mujeres solteras y parejas de dos mujeres.
Debido a la polvareda suscitada, el Ministerio se ha inclinado por la eliminación del borrador de la palabra parejas, por personas. En este sentido, Mato se defendió diciendo que "ha habido un problema de interpretación, no se si intencionado o malintencionado", y reiteró que al referiste a parejas, se tenía en cuenta que tanto el hombre como la mujer pueden verse afectados por un problema de infertilidad. "Hemos sustituido parejas por personas; hombre o mujer, al final se trata de personas", dijo, dando por zanjada la polémica.
La inclusión del requisito de esterilidad en la cartera de servicios básica común ha generado el rechazo de algunas comunidades autónomas como Euskadi, Andalucía, Canarias y Asturias y de las asociaciones de homosexuales, al entender que deja fuera de la financiación pública a lesbianas y mujeres sin pareja que pueden ser fértiles pero que necesitan de estos tratamientos para poder ser madres.
El consejero de Sanidad del Gobierno vasco, Jon Darpón, reiteró ayer el plante de Osakidetza a la pretensión del Ministerio de excluir a estos dos colectivos de mujeres. Antes de entrar a la reunión sectorial, Darpón aseguró que Euskadi va a mantener los tratamientos de fertilidad a las mujeres solteras y lesbianas. "Estamos convencidos de que éste no es un tema sanitario, sino que es un tema ético. Por tanto, nosotros vamos a mantener estos tratamientos como lo hemos hecho hasta ahora", señaló el consejero. No en vano, desde su punto de vista, no se puede "discriminar" a las personas por su orientación sexual ya que actualmente ya está "aceptada" la diversidad familiar. "Nosotros vamos a mantener las terapias de fertilidad a todas las mujeres que se acerquen a nuestros centros", matizó el consejero.
Su homóloga andaluza, María Jesús Montero, lamentó que el Consejo Interterritorial haya apoyado que se cambie el concepto de "pareja hombre y mujer" por el de "mujer con diagnóstico de infertilidad". Desde su punto de vista, esto "excluye a personas con unas circunstancias que no pasan por tener un problema orgánico de infertilidad sino porque no tienen una pareja masculina porque así lo han decidido o porque su orientación así se lo aconseja".
De ese modo, Montero censuró que el Ministerio no haya aceptado la propuesta formulada por cuatro comunidades críticas para incorporar la realidad social de mujeres solteras o parejas de lesbianas que deciden ser madres a la normativa sobre la reproducción asistida, y criticó el argumento empleado, "recuperar la salud de las personas".
Así, indicó, bajo ese criterio la financiación de la anticoncepción oral, la implantación de dispositivos intrauterinos, la vasectomía, los bloqueos tubáricos o las interrupciones voluntarias del embarazo podrían estar en riesgo. "La intervención de algún consejero y de la ministra hace pensar que estas técnicas podrían ser retiradas de la cartera de servicios", alertó la consejera.
Las lesbianas recurrirán La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) recurrirá la "exclusión" de lesbianas y mujeres solas de los tratamientos de fertilidad públicos si el único criterio válido para acceder a él es la esterilidad. La presidenta de FELGTB, Boti García Rodrigo, y la de la asociación Galehi, de familias de este colectivo, dijeron que "la medida no es compatible con la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el matrimonio igualitario". Para este colectivo, el hecho de que el tratamiento de fertilidad dependa de un diagnóstico de esterilidad "deja técnicamente fuera de consideración a estas mujeres". Por ello, consideraron que si esta medida se lleva a cabo sería "injusta, excluyente y discriminatoria" y, además, "no promueve la maternidad y no está acorde con los principios de la Constitución".