LA hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovascular, que son la causa más frecuente de muerte prematura en Europa. A pesar de que los especialistas disponen de una gran variedad de tratamientos efectivos frente a esta dolencia silenciosa, más del 50% de los europeos que la padecen no tienen controlados sus niveles de presión arterial. Con el fin de enfrentarse a los retos que supone la hipertensión, "países como Italia y Francia ya han acordado alcanzar la ambiciosa meta de controlar los niveles de presión arterial de al menos el 70% de los pacientes hipertensos para el año 2015", explicó el profesor Josep Redón, presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH), quien participó en el 23º Encuentro Europeo que, sobre esta dolencia, se acaba de celebrar en Milán con destacados especialistas mundiales.

El profesor Redón intervino en el simposio Diez años de olmesartán: atención a la medida del paciente, impulsado por Daiichi Sankyo y Menarini, donde se puso de manifiesto que la utilización de combinaciones a dosis fija en una sola pastilla mejoran la adherencia al tratamiento antihipertensivo y ayudan al cumplimiento de las metas establecidas por los expertos.

terapias más sencillas "La disponibilidad de diferentes tratamientos basados en olmesartán, que incluyen combinaciones dobles y triples, permiten al profesional sanitario adaptarse a las necesidades de cada tipo de paciente hipertenso que, de este modo, puede ver controlada su presión arterial con una sola pastilla. Es el caso de la combinación doble Sevikar", explicó el profesor Redón.

En el simposio se dejó claro que la clave en el control de esta dolencia, que mata cada a 7,6 millones de personas en todo el mundo, pasa por la toma de decisiones de forma adecuada entre los profesionales y los propios pacientes y por facilitar los tratamientos. "Los sanitarios deben gestionar las terapias de sus pacientes de forma individualizada y ofrecerles una buena información para conseguir que se involucren en el manejo de su dolencia", sentenció Massimo Volpe, director del Departamento de Cardiología de la Universidad de La Sapienza, en Roma.

Se calcula que entre el 80 y el 85% de los pacientes hipertensos podrían alcanzar el control de su presión arterial con combinaciones de varios fármacos. "Las combinaciones a dosis fija, que son la opción de tratamiento preferente de acuerdo a las Guías Europeas de manejo clínico, simplifican el tratamiento antihipertensivo y hacen que se produzcan menos abandonos por parte de los pacientes", insistió en señalar el profesor Redón.

presión arterial central Con los riesgos cardiovasculares en la parte alta del ranking de morbilidad en las sociedades occidentales, reducir los factores que producen estos riesgos resultan de vital importancia. Entre estos factores a rebajar, la presión arterial es un elemento clave. En esta secuencia de actuación se dio a conocer en el 23º Congreso de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH 2013), el estudio Sevitensión que propone una toma dual de dos medicamentos ya conocidos olmesartán y amlodipino que presentan una mayor eficacia en la reducción de la presión arterial que la combinación hasta ahora más habitual de perindopril y amlodipino. Además, se ha comprobado que se reduce no solo la presión arterial tomada en el brazo o braquial, sino que rebaja sensiblemente la denominada presión arterial central, la que se toma en las arterias centrales, que es la que refleja del modo más apropiado la verdadera presión sanguínea que soportan los órganos internos. Esta presión en los órganos internos es en realidad el mejor indicador del daño orgánico y del posible riesgo de eventos cardiovasculares, un indicador mucho más exacto que la presión braquial.

Actualmente estas mediciones sólo se hacen en ámbito hospitalario, aunque cada vez se simplifican más los aparatos detectores.

El olmesartán es un potente antagonista de los receptores del sistema renal que controla la presión sanguínea por lo que con su toma se reduce de la hormona angiotensina II, obteniendo como resultado la vasodilatación y reducción de presión arterial. Por su parte, el amlodipino actúa relajando los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos y en consecuencia disminuyendo la presión arterial global.

Al combinar ambos en dosis fijas de un comprimido diario (comercializado como Sevikar) se obtiene una potentísima profunda acción hipertensiva proporcionando a los pacientes unos niveles de presión arterial totalmente normales.

En el estudio Sevitensión dirigido por el profesor José Miguel Ruilope, responsable de la Unidad de Hipertensión Arterial del 12 de Octubre de Madrid, intervinieron 600 pacientes, algunos de ellos de distintos hospitales del Estado español.