PAMPLONA. Rápido y limpio encierro de los toros de Dolores Aguirre, que han protagonizado una segunda carrera de estas fiestas llena de emoción y algunos sustos, pero sin heridos por asta. En principio son 4 los traslados a hospitales, uno de ellos por fractura de tibia y peroné.

La carrera, de 2 minutos y 27 segundos de duración, ha sido mucho menos concurrida que la de ayer, lo que ha disminuído los momentos de peligro y ha permitido realizar bonitas carreras a los mozos. Un cabestro "escoba" se ha resbalado y ha hecho por su cuenta parte el trayecto en dirección contraria dejando más de un sobresalto.

Tras cumplir con los tres cánticos de rigor ante la imagen de San Fermín en los que se ha pedido protección al santo, los mozos han esperado la puntual salida de la manada, que desde los corrales de Santo Domingo han iniciado la carrera encabezados por un manso y uno de los aguirre, a los que seguían el resto de los hermanos.

Compactos por el centro de la calzada han enfilado la cuesta de Santo Domingo, donde se ha producido alguna caída, aunque los bureles han demostrado desde el inicio su nobleza al no derrotar hacia los corredores.

Ya con más velocidad han abordado la plaza del Ayuntamiento y la entrada a la calle de Mercaderes, donde uno de los toros ha caído, al igual que uno de los mansos, si bien se han levantado y han alcanzado a la manada sin que se produjeran mayores incidencias.

Superada de forma limpia la curva de acceso a la calle Estafeta, la torada ha iniciado este tramo encabezada por un cabestro, seguida por tres de los astados, tras los que marchaban otros dos mansos y cerraban el grupo los otros tres aguirres.

La longitud de la calle y los grandes huecos que hoy se han dado han permitido al grupo estirarse y encontrar sitio a los mozos, algunos de los cuales han caído y han formado un montón en la parte derecha de Estafeta, por encima del cual ha saltado de forma limpia uno de los bureles.

Siempre por el centro de la calle y de forma muy rápida los toros han accedido a Telefónica, donde un manso encabezaba al estirado grupo, que ha accedido de forma paulatina al coso taurino, donde los astados no se han dirigido directamente a los corrales sino que se han distraído unos momentos en el centro de la plaza.

Una vez agrupados, los dobladores han conseguido conducir a la manada a los chiqueros sin problemas.

La anécdota de este encierro la ha protagonizado uno de los mansos "escoba" que se sueltan tras el paso de los toros para evitar que se queden descolgados, ya que este cabestro se ha dado la vuelta en la Cuesta de Santo Domingo y causado momentos de estupor al hacer parte del recorrido en dirección contraria, aunque finalmente los pastores han conseguido reconducirlo para que completara su camino hasta la plaza de toros.