Vitoria. Las alarmas se han disparado entre los responsables del mantenimiento y la conservación de la biodiversidad del territorio histórico. Y con razón. No en vano, ya tienen constancia de la presencia en Álava de una de las especies invasoras que más quebraderos de cabeza acostumbran a dar. Se trata de la avispa asiática, una especie con alias aparentemente inofensivo -vespa velutina-, pero que es la responsable, por ejemplo, de la desaparición durante los últimos cinco años de buena parte de la población de abejas de miel en el suroeste de Francia y de la riqueza que éstas generan, tanto en explotaciones apícolas, como a la naturaleza por su labor a la hora de polinizar la flora.

La seguridad de la presencia de ejemplares de esta especie en Álava reside en los resultados de una muestra de insectos capturada en una trampa en Aramaio. Allí, los técnicos forales habrían logrado capturar a, al menos, tres especímenes en las inmediaciones de un colmenar en los alrededores de la localidad de Ibarra. Dicha muestra ha sido estudiada en Neiker -centro público para la investigación agraria dependiente del Gobierno Vasco-, que ha clasificado las especies halladas, entre las que se encuentra la citada avispa.

En ese sentido, los responsables de preservar la riqueza ambiental del territorio señalan que la aparición de este insecto no sólo es perjudicial para los productores de miel, sino para la ecología en general. El caso es que la avispa en cuestión destaca por sus tonos oscuros, por ser de menor tamaño que su congénere europeo y por su voracidad. De hecho, en su dieta, además de las abejas de miel, se encuentran todo tipo de insectos, desde orugas y mariposas a moscas y similares. Eso sí, portavoces del Ejecutivo provincial aseguraron ayer a este diario que la presencia de esta especie invasora no constituye un peligro para la salud del ser humano.

Aunque su aparición en Álava era esperada después de su rápida expansión por Gipuzkoa y el norte de Navarra desde 2010 tras atravesar los Pirineos -también en 2011 fueron detectados algunos ejemplares en Bizkaia-, este hallazgo ha sido posible gracias a la aplicación del Protocolo para la Detección de la Presencia y Distribución Geográfica de la Avispa Asiática (Vespa Velutina) en el Territorio Histórico de Álava establecido por los departamentos forales de Agricultura y de Medio Ambiente, en colaboración con las Asociaciones de Apicultores de Álava (Apial y Asociación de Apicultores del Gorbea), Sergal y Neiker. En el desarrollo de este plan colaboran, además, medio centenar de apicultores con colmenares distribuidos por toda la provincia mediante la colocación de trampas, que recogen muestras de insectos que, con posterioridad, llegan a los laboratorios de entomatología de las instalaciones de Neiker en Arkaute, en las inmediaciones de Vitoria.

El objetivo de esta iniciativa pasa por detectar la presencia de esta especie y conocer su grado de diseminación, de manera que puedan tomarse las medidas oportunas.

La citada avispa se conoce en Europa desde 2004, cuando desembarcó (literalmente) en Francia después de abandonar las bodegas de un carguero que llegaba desde China hasta las costas galas. Desde entonces, distintas fuentes confirman que se habría diseminado por amplios territorios hasta ocupar zonas superiores a los 100.000 kilómetros cuadrados. Allí, habría esquilmado las colmenas con cierta facilidad, ya que las abejas europeas no están acostumbradas a luchar contra un intruso de estas características.