Vitoria despide al montañero fallecido tras un accidente en Huesca

Vitoria. Familiares, amigos y una nutrida representación del mundo de la montaña en la capital alavesa despidieron ayer en un tanatorio de la ciudad a Ricardo de la Rosa Gil, Ritxi para sus allegados, fallecido el pasado sábado de Nochebuena tras sufrir un gravísimo accidente cuando ascendía al Pico Lecherines, ubicado en el término municipal de Aísa (Huesca). Su cuerpo fue incinerado a primera hora de la mañana tras la ceremonia celebrada en la tarde del lunes. El dolor y la consternación por la muerte de una persona tan joven, de sólo 44 años, casado y con una hija, se mezclaron con las muestras de cariño hacia una familia que sigue asimilando un suceso del todo inesperado por la amplia experiencia que Ritxi acumulaba a sus espaldas.

No era la primera vez que este vitoriano salía a la montaña, una de sus pasiones, o acudía a este paraje natural, cercano a Jaca, donde solía practicar esquí de fondo todas las navidades. Pero en esta ocasión, durante una improvisada salida al monte debido a la falta de nieve, la fatalidad se encontró en su camino. Un fuerte golpe de viento le desequilibró y despeñó por una pronunciada ladera una vez alcanzada la cima del pico Lecherines, una caída de 200 metros que le provocó graves heridas en la cadera y una severa hipotermia.

Como consecuencia del accidente, el montañero falleció después de haber sido trasladado al Hospital San Jorge de Huesca tras un difícil rescate, que se prolongó durante dos horas. Le acompañaban en la ascensión dos compañeros, también gasteiztarras, uno de los cuales sufrió heridas leves después de precipitarse cinco metros. El otro miembro de la fatal expedición resultó ileso.

Este accidente ha vuelto a poner de manifiesto el peligro que encierra el mundo de la montaña, más en invierno, incluso cuando quienes se lanzan a las cumbres cuentan con numerosas ascensiones en su currículum. En lo que va de 2011, una decena de montañeros vascos han perdido la vida cuando practicaban su pasión. Uno de los sucesos recientes más duros lo protagonizó una pareja vizcaína que el pasado julio apareció muerta en el collado navarro del Anie después de tres días desaparecidos. La niebla les sorprendió en la travesía, se perdieron y murieron debido a sendas hipotermias.