Es completamente normal que las digestiones se vuelvan más pesadas a partir de los 50 años. La buena noticia es que estas pueden mejorar haciendo pequeños ajustes en la alimentación diaria. Por ejemplo, apostando por estos alimentos:

El hinojo

Esta planta aromática se utiliza mucho como remedio natural contra la hinchazón y los gases.

Sus semillas contienen compuestos como el anetol, que ayudan a relajar los músculos del tracto digestivo y facilitan la expulsión de gases. Se puede añadir a muchos platos o se puede tomar en infusión tras las comidas para aliviar la pesadez naturalmente.

La rúcula y otras verduras de hoja verde destacan por su contenido en fibra. F.P.

Verduras de hoja verde oscura

Hablamos de la col rizada, la rúcula, el brócoli y la espinaca, que también tienen un alto contenido de fibra, parecen potenciar la función muscular y son saludables para el corazón.

En ensaladas o purés son un buen complemento a cualquier comida.

La manzana

Rica en pectina, una fibra soluble que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas con el intestino, esta fruta es ideal para regular el tránsito intestinal.

Además, su contenido en agua y su efecto saciante la convierten en una opción perfecta para tomar un snack a media mañana como una merienda ligera.

La avena

Este cereal es un fuente excelente de fibra soluble e insoluble, lo que la convierte en un regulador natural del intestino. También tiene un efecto prebiótico, es decir alimenta a las bacterias buenas del intestino, ayudando a mantenerlo saludable.

Un desayuno con avena cocida y frutas es ideal para cuidar del sistema digestivo.

Yogur natural con fruta, una opción muy saludable. V.S.

El yogur natural

Aporta probióticos, microorganismos vivos que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal. Consumirlo con regularidad ayuda a mantener una digestión más eficiente y a prevenir molestias como la inflamación o el estreñimiento.

Lo más recomendable es apostar por versiones sin azúcar y combinarlo con frutas frescas para potenciar sus beneficios, por ejemplo fresas, frambuesas, arándanos...

Otros buenos consejos

No comer rápido. Masticar bien cada bocado favorece el proceso digestivo y reduce la sensación de hinchazón

Cenar ligero. Por la noche, el sistema digestivo trabaja más lento, por lo que se deberían cenar siempre platos como sopas, verduras cocidas o pescados a la plancha. A se posible, al menos dos horas antes de ir a la cama.

Beber agua entre comidas, pero no durante. Ingerir mucho líquido mientras se come puede diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión. Hidratarse a lo largo del día es fundamental, pero hay que limitar la cantidad de bebida durante las comidas.

Caminar después de comer. Un paseo de al menos 10 o 15 minutos tras las comidas principales activa el metabolismo y facilita el tránsito intestinal.