El cáncer de colon es uno de los pocos cánceres que se pueden diagnosticar antes de que la persona note algún síntoma y, si se realiza la prueba a tiempo, el cáncer de colon puede curarse hasta en el 90% de los casos. Para ello se usa el test de sangre oculta en heces (TSOH).

Esta prueba no dolorosa y no invasiva se realiza cada dos años y está dirigida a población de riesgo medio, que es a partir de los 50 años hasta los 69. La sencillez de la misma permite que cualquiera pueda hacerla en su propio domicilio, aunque la lectura del test ha de ser realizada por personal sanitario cualificado.

¿Cómo funciona?

Los kits para la prueba de cáncer de colon suelen incluir un recipiente (tubo) y una pequeña espátula para guardar la muestra. Como indican las intrucciones del kit, tan solo hay que:

  • Colocar un papel en el inodoro
  • Extraer el bastoncillo o la espátula del tubo
  • Poner en contacto el bastoncillo con las heces para que se impregne (no es necesaria una gran cantidad)
  • Colocar el bastoncillo o espátula dentro del tubo, cerrar bien y agitar

Es muy importante identificar bien la muestra con los datos personales en el tubo y llevarla cuanto antes al centro de salud. Si no se puede llevar inmediatamente, se puede guardar en la nevera sin congelar hasta tres días.

La detección precoz de pólipos precancerosos ayuda a prevenir el desarrollo de tumores malignos y/o su detección en estadios precoces, algo que podría salvarle la vida a un potencial enfermo de cáncer de colon.