En el Estado español, más de seis millones de personas sufren incontinencia urinaria, y entre dos y cuatro millones incontinencia fecal, una cifra que se incrementa a 420 millones en todo el mundo. Sigue siendo una patología que estigmatiza a quienes la padecen y muchos pacientes la viven en silencio.
Por impacto negativo en la calidad de vida del paciente es la tercera afección en el Estado español, situándose por delante de patologías tan relevantes como la diabetes, la artritis reumatoide o la enfermedad cardiaca, e implica un gran impacto económico para el sistema sanitario; de hecho, solo los absorbentes suponen más de 298 millones de euros anuales, siendo el producto sanitario de mayor consumo en España.
Aunque los datos son preocupantes, nos encontramos con una dolencia silenciada, ya que tan solo un 50% de los afectados por incontinencia urinaria consultan con su especialista debido al tabú y el estigma que rodea a esta dolencia. En el caso de la incontinencia fecal, la cifra disminuye a solo un 30%.
"Desde las asociaciones de pacientes,sociedades científicas como la Sociedad Española de Enfermería Urológica, y otras de carácter multidiciplinar, se está llevando un esfuerzo titánico en la búsqueda de una mayor atención global al paciente con incontinencia general y fecal en particular", señala Manuel Bernal, enfermero de Urología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria y vicepresidente de la Asociación Española de Enfermería en Urología (Enfuro). Hay mucho desconocimiento entre la sociedad general sobre esta patología.
"Necesitamos que desde Atención Primaria, Enfermería y los profesionales de Farmacia ayuden a los pacientes, porque viven en silencio la enfermedad sin saber que existen muchos productos que les pueden ayudar en su día a día mientras los especialistas encuentran tratamiento", advierte la presidenta de la Asociación por la Incontinencia (ASIA), Àngels Roca.
Limitaciones
Entre las causas de la incontinencia pueden influir desde lesiones musculares durante el parto hasta secuelas quirúrgicas o enfermedades neurológicas. En este sentido, los expertos aseguran que la medicina personalizada es primordial para estos pacientes.
El doctor Rafael Alós, jefe de la Sección de Coloproctología el Hospital Universitario La Fe de Valencia, sostiene al respecto que "el tratamiento de la incontinencia puede abarcar un equipo multidisciplinar si así lo requiere la condición del paciente. Normalmente siempre empezamos por tratamientos poco agresivos, regulando el hábito defecatorio o el alimenticio. Asimismo, existen técnicas como la neuromodulación que son altamente eficaces y el impacto en la calidad de vida de la persona incontinente es muy positivo".
Esta tecnología emplea estímulos eléctricos capaces de equilibrar los reflejos miccionales o fecales sobre el sistema nervioso periférico, y está indicada para aquellas personas en las que medidas conservadoras como las higiénico dietéticas, la medicación moduladora de las heces o el entrenamiento del suelo pélvico, han resultado insuficientes. Gloria Fos, paciente de incontinencia doble y miembro de ASIA Valencia, remarca que esta afección no solo afecta a personas mayores, como cree la mayoría de la población, y relata cómo su incontinencia total se inició a las pocas semanas de dar a luz a su hija mayor.
"Entonces cambió mi vida en todos los sentidos. Me vi totalmente incapaz de asumir cualquier tipo de trabajo, sobre todo aquellos que puedan requerir estar de cara al público o con situaciones de estrés, y no era capaz de ver la luz al final del túnel", dice.
Sin embargo, quiere transmitir también un mensaje de esperanza a quienes padecen la enfermedad en silencio. "Tienen que verbalizar lo que sienten, porque hay tratamientos, soluciones". Y esa es la buena noticia para quienes se sienten estigmatizados Gloria se refiere también un aspecto fundamental de los pacientes, el acompañamiento, y habla del servicio de enfermería como una pieza fundamental antes, durante y después del tratamiento de la incontinencia.