El PNV había retomado con buen pie la negociación de los Presupuestos del Gobierno español para 2025, un diálogo que fue postergado a principios de año tras el adelanto de las elecciones catalanas y que ahora se había reactivado poniendo sobre la mesa las cuestiones ya apalabradas. Pero el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha lanzado este lunes por la noche el primer aviso a Pedro Sánchez al constatar que las cosas no están marchando como estaba previsto, y que el diálogo comienza a torcerse. Más que torcerse, llegó a decir que la negociación "está parada" porque "no hay voluntad de mover ciertos asuntos". En Radio Euskadi, avisó de que no se puede "dar por seguro" el voto favorable del PNV y, si no se desbloquean esas reivindicaciones, los jeltzales no darán su respaldo. Fuentes del grupo jeltzale consultadas por este periódico añaden que el bloqueo no está en "pequeñas enmiendas parciales, sino en asuntos de calado".

Las palabras de Esteban parecen remitir a la sensación que sobrevuela en los últimos años en el Congreso: Sánchez da por hecho el apoyo del PNV y se dedica a centrar sus esfuerzos en otros socios más díscolos, como Junts. Se da la circunstancia de que estos días el protagonismo se lo ha llevado EH Bildu, anotándose el tanto de la reforma de la Ley Mordaza pactada con el PSOE tras el liderazgo mantenido por el PNV en la anterior legislatura; y también con la reforma legal que permitirá descontar a los presos las penas cumplidas en el Estado francés, que se interpreta como otra concesión a la izquierda abertzale. En este contexto, Esteban alza la voz para recordar que el voto de su partido es imprescindible y todavía no está cerrado.

Las demandas

Esteban avisó al Gobierno español de que habrá que hablar y solucionar estos desencuentros con "voluntad", una disposición que cree que sí existe desde su grupo en el Congreso. "Se da nuestro voto por seguro, y no es así", avisó. Solo quiso añadir que hay cuestiones importantes que deberán cerrarse en el contexto de estas Cuentas, sin dar más pistas.

Ya es conocido que el PNV negociaba una tasa de reposición propia para los funcionarios vascos y para fijar su escala salarial, una cuestión que sí avanzaba con fluidez. En paralelo, el Gobierno vasco trata de arrancar la transferencia de las 29 competencias pendientes que recoge el Estatuto de Gernika. En ese contexto, sobre las declaraciones del PSE que cuestionan la viabilidad de varias de esas materias, como los puertos, Esteban reconoció que el Estado no está dispuesto a moverse con el de Bilbao por su tamaño y volumen de negocio, pero recordó que también existe el puerto de Pasaia, donde podría acordarse una fórmula para su gestión. 

La tramitación de los Presupuestos se ha retrasado por el atasco con el techo de gasto y los problemas para encarrilarlo con Junts, lo que ha añadido mayor incertidumbre al escenario. El PNV negociaba también otras demandas además de las pocas que habían trascendido en público, y da la sensación de que el atasco es importante. Además, el Gobierno vasco exige pactar cuanto antes una senda de déficit y deuda para Euskadi de manera bilateral.