- Segundo tramo de entrevista al periodista José Antich para hablar del ecosistema político vasco, catalán y español.
El PNV es un partido centenario. En cambio, el espacio que fue CiU ha mutado, pero se ha debilitado. ¿Eso tiene un coste a la hora de negociar en Madrid?
-El Partido Nacionalista Vasco sigue teniendo una enorme fortaleza, es la formación líder en el País Vasco. Bien es cierto que aquella fortaleza e importancia que tenía hoy de alguna manera en el espacio nacionalista la tiene que compartir con Bildu. No están a la par, pero no sé si en las próximas elecciones o en las siguientes, en un futuro razonable, se disputarán el liderazgo. Pero lo cierto es que el Partido Nacionalista Vasco continúa siendo una marca y una fuerza potente, y ha hecho una transición desde ese punto de vista modélica porque no tiene ninguno de los problemas que tenía Convergència i Unió. Hoy Convergència no existe y Unió tampoco. Yo creo que este espacio que hoy por una manera de hacer política lo puede representar Esquerra Republicana, en cambio electoralmente lo representa más Junts. Hay que ver si en los próximos tiempos Junts es capaz de hacer una propuesta en la cual en la política española puedan seguir siendo unos actores defendiendo sus posiciones o no, pero es difícil que Junts esté en condiciones de volver a tener el peso político que tuvo aquella Convergència i Unió ni la potencia que tenía como partido ni como organización. Hoy Esquerra es una formación absolutamente líder en este espacio independentista, con una estructura muy engrasada con el tiempo y con un liderazgo indiscutible de Oriol Junqueras.
¿Qué impresión tiene de Yolanda Díaz y su estrategia?
-En este tema tengo una opinión muy periférica y muy poco madrileña, porque cada vez que voy a Madrid encuentro una opinión muy favorable hacia lo que ella está haciendo, y consideran que puede estar en condiciones de remontar el último resultado de Unidas Podemos. Yo desde una visión más periférica, creo que este es un espacio cuyo mejor momento ya lo pasó y que Yolanda Díaz no tendrá un enorme juego en las próximas generales.
El periodista Antoni Bassas ve en el fracaso de Juan Carlos I el del paso de la dictadura a la democracia sin exigencia de responsabilidades. ¿Esta crisis ilustra la del Estado?
-Yo hace tiempo que sostengo que en España en estos momentos hay una crisis institucional en todos los terrenos. Y esta crisis ha provocado que el país colapse.
En realidad nunca colapsa del todo. Llevamos así diez años.
-Es que es un país que normaliza lo que no se puede normalizar, entre otras cosas porque los partidos no están donde les tocaría estar. El Partido Socialista no tendría que estar protegiendo y tapando toda la corrupción de la monarquía española y del rey Juan Carlos. Entonces no es un juego entre derechas e izquierdas, sino entre los partidos del régimen del 78 y los que están fuera de este consenso. Lo de este fin de semana es una anomalía. El Estado español ha hecho todo lo posible para eliminar de en medio las causas judiciales que tenía abiertas. No ha quedado obviamente a salvo la imagen del rey. Porque habían prescrito, porque tenía inmunidad o por las razones que fueran se le han ido cerrando las causas. Pero la realidad es que retorna un rey corrupto, que practicó la corrupción, que con este dinero se benefició toda la familia real, y que el Gobierno español no ha hecho nada para impedirlo, sino al revés, favorece un retorno desde un punto de vista institucional poco presentable. Que eso suceda con un Gobierno de izquierdas debería dar hasta vergüenza a los miembros del Ejecutivo español. Yo ya sé que todos juegan aquí su papel. Pero oiga, mire, es que estar en el Gobierno quiere decir unas determinadas cosas. Y el rey emérito fugado durante dos años en Abu Dabi regresa porque el Gobierno español le ha permitido y le ha facilitado que pueda hacerlo así.
Iñaki Gabilondo dijo que con el rey se habían degradado los que acompañaron el proceso. ¿Ha tenido esa sensación de autocrítica? ¿Faltó valentía periodística?
-Evidentemente, a la vista de lo que hoy se sabe, el trabajo que se hizo en los medios de comunicación no fue el acertado. Pero no solo los medios, las empresas, los políticos, de todos. Bien es cierto que los que estamos en la periferia esta situación la vivíamos desde una cierta distancia, pero es obvio que el papel de salvador adjudicado muchas veces al rey Juan Carlos dista mucho de lo que él hizo. Más que salvar a España, ha contribuido a hundirla.
Puede pasar lo mismo sobre Felipe VI, que falte crítica.
-Yo creo que en estos momentos no se puede decir ni mucho menos que Felipe VI se haya sacado de encima las dudas que había sobre su padre. Él trata de tener una actitud diferente, pero al final la familia real es la que es. En ningún momento ha dicho que el dinero que existe en las cuentas de su padre una vez se muera lo devolverá al erario público. Creo que sobre el rey Felipe también hay que prestar atención respecto a su comportamiento ético ante los problemas de corrupción de la familia.