- Anasagasti atesora una dilata experiencia en una comisión de secretos oficiales que, a su juicio, es un “formalismo” sin utilidad.
¿Cuál fue su experiencia en la comisión?
-Antes se llamaba comisión CESID, pero con la llegada del general Javier Calderón se instauró la comisión de secretos oficiales, como consecuencia del escándalo del agente Perote, cuando incluso escucharon al rey Juan Carlos. Se montó un gran revuelo, pero apenas se dio información. Posteriormente hubo más reuniones: en una nos llenaron la mesa de carpetas que eran imposibles de revisar en tan poco tiempo. Luego llegó Jorge Dezcallar, que era diplomático y no militar. Se cambió el nombre de CESID a CNI. Eran los tiempos del Plan Ibarretxe y nosotros estábamos persuadidos de que tanto al lehendakari como a Xabier Arzalluz y a Gorka Agirre les estaban espiando. Pero siempre lo negaban. En las comisiones lo que contaban eran cosas sin mucha importancia. Yo recuerdo preguntar acerca de cuántas veces había solicitado el CNI al juez permiso para escuchas y la respuesta fue que 150, y que ninguna había sido rechazada. Eso era una anomalía tremenda y lo lógico es que fueran al menos tres jueces quienes tuvieran que decidir. Pero por lo que veo sigue siendo igual, no ha cambiado nada.
Es por tanto una comisión inútil.
-Sí. Mi conclusión es que es un formalismo para decir que se hace, pero no se hace nada. Y tengo siempre la impresión de que nosotros somos partidos sospechosos. Sí hay una información del CNI al líder del PP o al líder del PSOE si están en la oposición, pero no a los otros partidos. Está todo basado en la sospecha, no en la confianza. Por tanto, esta comisión no sirve absolutamente para nada.
¿Puede cambiar algo ahora con la inclusión de los soberanistas?
-Ahora se contará todavía menos. Con ERC y EH Bildu dentro, esas reuniones serán solo para chascarrillos y pájaros y flores. No darán la menor información.
¿Confía en que el Gobierno español encargue una investigación seria del ‘Catalangate’?
-Esta crisis la ha agravado Margarita Robles, ha sido una gran decepción porque hemos tenido una buena relación con ella. Pero parece que tiene un síndrome de Estocolmo con Defensa y el CNI. Y parece más una ministra de Vox que del PSOE. No va a hacer nada y Sánchez la va a proteger, no confío en que diluciden absolutamente nada.