Desde la Ertzaña de 1936 hasta la unidad de Berrozi creada en 1980 y la configuración actual de la Ertzaintza que nació en 1982, toda la historia de este cuerpo forma una cadena con idéntico ADN cuyos eslabones están soldados de una forma más profunda de lo que puede parecer a primera vista. El acto por los 40 años de la Ertzaintza contemporánea ha sido ambicioso en su propuesta e íntimo en sus detalles, tal y como demuestran dos de sus cotas más elevadas de emoción.

La presentadora, la comisaria Sandra Ranea, ha agradecido a Maite Salaberria, primera mujer comisaria en la historia del cuerpo, que “eres un referente para todas nosotras y el motor que ha impulsado mi carrera”. Y Salaberria, una de las voces que ha expuesto en primera persona su experiencia vital en la Ertzaintza, se ha referido a su vez a la directora de la Policía vasca, Victoria Landa, que es también pionera en su cargo y que estaba sentada en primera fila, como “nuestra querida directora, de la que me siento orgullosa”.

Era seguramente el reto más ambicioso este lunes en el BEC y se ha solventado de forma satisfactoria: que los propios ertzainas fueran protagonistas, en un recorrido con un fuerte peso audiovisual que ha ensamblado varios bloques temáticos con momentos de transición que han aportado variedad y agilidad.

“Éramos uno más”

Los estrechos lazos que han demostrado las voces participantes se han convertido en la principal idea de fuerza de la Policía vasca, su corazón y motor. Lo ha expuesto el lehendakari, Iñigo Urkullu, en el discurso que ha cerrado el acto: “hoy sentimos el orgullo de celebrar juntos la fortaleza de una institución que nace del pueblo vasco y sirve al pueblo vasco”.

Pocos minutos antes, el jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, que se ha pasado del tiempo establecido con una intervención que ha abordado múltiples aspectos, ha incidido en la misma idea al recordar los tiempos en los que empezaron a escucharse expresiones dirigidas a los ertzainas como “zipayo”. “Nos quisieron acuartelar, como estaban otros cuerpos policiales”, ha dicho. Pero “nosotros no, nosotros somos gente del pueblo, gente de aquí, de la cuadrilla”, ha añadido. “Ahí nos mantuvimos y eso les fastidiaba, nos quitábamos el uniforme, íbamos al pueblo y éramos uno más”. Ha insistido en que “eso les dolía, pero lo conseguimos” y en 2011 acabó “la barbarie” del terrorismo de ETA.

Homenaje a los compañeros fallecidos

Precisamente, la aparición de Josu Bujanda ha aportado el momento de mayor dramatismo, acentuado por lo aséptico de la escenografía: ha depositado una txapela en un estrado como homenaje a todos los compañeros fallecidos en acto de servicio, en especial los 15 agentes asesinados por ETA, mientras en las pantallas aparecía la leyenda “Zuen oroimenak indartzen gaitu. Beti gurekin” (vuestro recuerdo nos fortalece. Siempre con nosotros).

Otros argumentos han sido la reivindicación del uso del euskera que ha hecho el agente de la quinta promoción Teo Zuloaga, que ha salido a escena junto a Maite Salaberria. Esta ha incidido de forma explícita en el papel de la mujer al lamentar que aún hay unidades en las que “no hay ni una”. Ha advertido además de que su presencia en la escala jerárquica es “escasa” y ha reclamado “mecanismos” para que haya más mujeres en la Ertzaintza, sobre todo en los “ámbitos de decisión”.

Bujanda ha incidido en este mismo aspecto, citando los ejemplos que representan Salaberria -“ser mujer policía en esa situación sociopolítica era complicado”, ha dicho- y la directora, Victoria Landa -“es para quitarse la txapela”, ha apostillado-; ha reivindicado a la Ertzaintza como Policía integral; ha recordado la afección de la pandemia y ha mirado al futuro al señalar entre los retos consolidar la coordinación con las policías locales.

Amplia presencia institucional

En cuanto al desarrollo del acto, ha comenzado con el aurresku de honor a las autoridades presentes por parte de la agente Ane Anza, acompañada de la banda de música de la Ertzaintza. Se ha emitido un vídeo sobre la Ertzaña del 36, que luego ha sido reivindicada por Urkullu. Tras el diálogo con Salaberria y Zuloaga, se ha interpretado una breve pieza de danza y Bujanda ha pronunciado su discurso. Se ha proyectado el avance de un documental sobre el cuerpo que se estrenará en mayo, y el lehendakari ha concluido que “vuestro compromiso, sacrificio y esfuerzo merece nuestro más profundo reconocimiento y agradecimiento. Las nuevas generaciones tomarán el testigo y serán receptoras de vuestra experiencia, conocimiento y valores”.

La amplísima representación institucional ha incluido a los lehendakaris José Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea, exconsejeros de Interior y Seguridad, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, representantes de los grupos parlamentarios y consejeros del Gobierno vasco, los diputados generales y alcaldes de las tres capitales de la CAV, líderes políticos, sindicatos de la Ertzaintza y directores de medios de comunicación.