“La situación actual de EA está acompañada de un lamentable espectáculo. Recurrir a la prensa y a los tribunales es la peor manera de dirimir las diferencias internas. Para ello debería haber mecanismos internos y, sobre todo, transparencia. Lo que estamos viendo hubiera sido impensable en los años en los que yo fui presidenta. Sobre el congreso, visto desde fuera y con todo el respeto del mundo, me llama la atención el hecho de ser telemático. Actualmente no hay ninguna medida que recomiende que se haga así”.

“Salga quien salga, lo cierto es que apunta ya a una situación muy grave en EA. Realmente es una pena destruir un proyecto político que en algunos momentos fue determinante en la política vasca. Lo más importante es que todo esto se veía venir, porque no se pusieron garantías para asegurar que EA tuviera su espacio propio en EH Bildu con su portavocía propia. Si no se hizo entonces es muy complicado que ahora se le pueda dar la vuelta, con lo cual nos podemos encontrar con una fuerza política que ya no tenga vida propia aunque se pueda mantener de manera oficial”.

“No me gustaría que el proyecto se acabara, da mucha pena cuando ha habido tanta gente con tantas ilusiones y con tanto esfuerzo político personal en tantos ámbitos. EA fue un proyecto completo, impecable con los derechos humanos, los derechos nacionales y los derechos sociales del pueblo vasco. La deriva de EA es una gran pérdida porque hablamos de una fuerza que fue muy determinante en unos momentos. A mí me da mucha pena, sobre todo pensando en el esfuerzo de todos aquellos miles de personas que apostaron por un proyecto y que se han quedado ahí”.