Cada vez que llega al Congreso de los Diputados alguna propuesta relacionada con el Concierto Económico que permite recaudar impuestos a las instituciones vascas, se abre la caja de los truenos y termina en el disparadero por parte de aquellos que lo presentan como un privilegio. Pero este jueves ha salido reforzado con una imagen de consenso casi unánime. Además de recibir el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes, y de los partidos del Gobierno de coalición (PSOE y Unidas Podemos), también el PP ha votado a favor del acuerdo que alcanzaron en verano los gobiernos vasco y español para la concertación de tres nuevos impuestos que serán recaudados por las haciendas forales: el impuesto sobre las transacciones financieras o Tasa Tobin, el impuesto sobre los servicios digitales o Tasa Google, y el IVA OSS.

Esta imagen ha permitido aislar por completo a Ciudadanos y Vox, que han vuelto a cargar contra este sistema pese a que está reconocido por la propia Constitución española que dicen defender. Se han escuchado bulos desde sus bancadas y un intento de confundir mezclando este debate con el cálculo del Cupo, unas afirmaciones desmontadas por el resto de grupos. El PP se ha desmarcado de la estrategia de sus socios de la derecha española.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mantuvo firme ante esas críticas minoritarias y se comprometió a mantener esa bilateralidad con Euskadi en el futuro. Anunció que, a finales de febrero, podrían surgir nuevas figuras fiscales en el Estado y seguirá trabajando para concertarlas con las instituciones vascas en la Comisión Mixta del Concierto Económico, para que Euskadi pueda recaudarlas. Esta es una batalla ganada para el PNV y para el lehendakari Urkullu, quien amagó con no acudir a la Conferencia de Presidentes del pasado mes de julio si no se concertaban los tres últimos impuestos.

Montero defendió ante C’s y Vox que está obligada a concertar los impuestos con las haciendas forales, porque la Constitución “recoge estas singularidades y reconoce los derechos históricos; y oponerse a la concertación de impuestos es afrentar el espíritu de la Constitución”. Con la aprobación de este acuerdo y con los Presupuestos que ha alumbrado también este jueves el Parlamento Vasco, Euskadi afronta 2022 con un armazón financiero sólido. El consejero Pedro Azpiazu celebró desde Euskadi que este acuerdo es, “sin duda, la base sobre la cual se asentarán las futuras modificaciones del Concierto Económico para afrontar los desafíos derivados de los acuerdos alcanzados en el seno de la OCDE en materia fiscal”.

LA ESTRATEGIA DE C'S Y VOX

C’s y Vox habían tratado de tumbar con una enmienda a la totalidad la tramitación por lectura única y de urgencia, con la aspiración de introducir cambios en un pacto que por naturaleza es bilateral, entre el Estado y Euskadi. De ahí que sus enmiendas fueran rechazadas. Trataron de proyectar que se ha hurtado el debate, y pidieron volver a calcular el Cupo que paga Euskadi al Estado (para que pague más) por las competencias que ejerce en suelo vasco, como la Corona, el Ejército o algunas infraestructuras, aunque no era el objeto del debate.

También ocultaron que, con ese Cupo, Euskadi contribuye al fondo de solidaridad con otros territorios y los intereses de la deuda. Mari Carmen Martínez, desde Ciudadanos, llegó a especular con que los vascos no contribuyan a las pensiones ni la subida de las cotizaciones sin rigor alguno. “Cada vez que se cede un impuesto, se trocea la igualdad de todos los españoles. Pero no solo es eso”, dijo, para añadir que en el Cupo van otras cesiones como el traspaso de las prisiones, o que los extremeños pagarán las pensiones con la subida de las cotizaciones, y los vascos no lo harán cuando tengan la transferencia.

EL PNV ACLARA: NI PRIVILEGIO NI PARAÍSO FISCAL

Desde el PNV, Idoia Sagastizabal recordó que el trámite de lectura única lo amparan las sentencias del Tribunal Constitucional y que, para que el Concierto Económico funcione, se debe gestionar bien. “Se corre un riesgo porque, si los ingresos fallan, el Estado no viene en tu ayuda ni podemos acudir al Fondo de Liquidez Autonómica al que sí acudieron otras comunidades en 2008. Y se debe mantener una presión fiscal alta para mantener los servicios públicos. No es un paraíso fiscal. Somos solidarios, contribuimos al fondo de compensación interterritorial, los intereses de la deuda y las pensiones”, aclaró.

La posición de C’s y Vox tuvo cierto aroma electoral en puertas de los comicios en Castilla y León, sobre todo por parte de C’s, que se juega su propia supervivencia como partido. No obstante, este discurso contradice el pacto firmado con el PP en suelo vasco para respetar el Concierto. Sagastizabal criticó la intención de obtener “rédito electoral” y “la demagogia y oportunismo”. Vox vinculó directamente el Cupo a la supuesta “corrupción” del PNV.

BILDU APOYA EL CONCIERTO PERO LO VE INSUFICIENTE

Desde EH Bildu, Mertxe Aizpurua coincidió en criticar las “sandeces” de C’s y Vox, y les explicó que el Concierto supone que Euskadi recauda una parte de los impuestos y los invierte en políticas que dependen de sus competencias, mientras las haciendas vascas siguen pagando al Estado por cuestiones “tan escasamente queridas por las ciudadanía vasca” como la Casa Real o el Ejército. “Y cuando la recaudación va mal, nadie nos rescata”, añadió. Eso sí, atacó al PNV para añadir que este pacto no puede ser motivo de “euforia”, sino que es un “fracaso” porque el Concierto es el mínimo que tuvo que ofrecer el Estado tras la abolición foral y esta concertación de impuestos “se limita a su gestión sin cambiarlos”.

DEFENSA DEL PP CON RECADO AL PNV

Desde el PP, Mario Garcés defendió la “raigambre constitucional” del Concierto y del Convenio navarro, y como inspector de Hacienda avisó de que no permitirá a Vox o C’s que insinúen que han realizado un cálculo ilegal. Pero pidió al mismo tiempo al PNV que no utilice el Concierto como “elemento de tensión” con el Estado.

Desde Unidas Podemos, Juantxo López de Uralde puso en valor el consenso que tiene en Euskadi, respondió a Vox que las leyes viejas son las del franquismo, y se mostró dispuesto a un ejercicio de transparencia sobre el Cupo. Compromís se abstuvo, aunque defendió que quiere el mismo Concierto para los valencianos.