- A dos años para las próximas elecciones generales, a la izquierda del PSOE se están produciendo movimientos para ir armando esa candidatura amplia que quiere liderar la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y que para Unidas Podemos supone una tabla de supervivencia, aunque genera bastantes reticencias en otras fuerzas como Más País o Compromís.
La también vicepresidenta segunda, que no está afiliada a Podemos ni a IU, está aprovechando el choque frontal que ha protagonizado con la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a cuenta de la coordinación de la reforma laboral, para marcar territorio y un perfil propio con el que defender una propuesta electoral aún en ciernes.
Más allá del bloque que forman Podemos, Izquierda Unida y los comunes en torno al proyecto que pretende cimentar la vicepresidenta segunda de cara a 2023, este es recibido con más escepticismo por las formaciones de Iñigo Errejón y Joan Baldoví. Unos peros que son irrelevantes para Podemos, porque cuando Díaz habla de ensanchar el espacio no habla de partidos, sino de que en este se reconozcan cada vez más votantes y eso se consigue también con la sociedad civil, según fuentes del partido morado.
Añaden que cuando la ministra asegura que su proyecto no va de siglas no está diciendo que le sobre Podemos, sino que apuesta por que se involucre más gente, aunque otras fuentes internas temen que la formación que lidera Ione Belarra acabe desapareciendo si se consolida este frente de izquierdas.
Izquierda Unida no comparte esta visión y cree que es de responsabilidad política estar en esa propuesta unitaria porque lo que está en juego es que gobierne la izquierda progresista o el PP con Vox y, por tanto, lo que toca “es arrimar el hombro”. No corre prisa lanzar esta candidatura y no se entendería, señalan desde IU, que con los retos que tiene el país ahora, el centro de atención se desvíe hacia las elecciones.