- “Las propuestas de autogobierno están bastante condenadas al fracaso”. Así se rotundo se expresó ayer Jordi Cuixart mirando hacia la mesa de negociación que reemprenderán en septiembre el Ejecutivo de Pere Aragonès y el Gobierno de Pedro Sánchez, que rechaza plantear en las urnas la autodeterminación y se limita a un referéndum consultivo sobre un nuevo Estatut que, entre otros aspectos, dote de mayor financiación a Catalunya. El presidente de Òmnium Cultural ve bien que las formaciones soberanistas valoren el planteamiento pero, a su juicio, el conflicto está ya situado en otro estadio. El líder de la sociedad civil entiende que es “tiempo de serenidad y de rigor” para que la ciudadanía “no tenga la sensación de que le están tomando el pelo”, aunque subraya que en Catalunya hay un “gran consenso” sobre el referéndum de autodeterminación más allá de las fuerzas secesionistas.
De hecho, Cuixart advirtió en Catalunya Ràdio de que el independentismo no renunciará a “seguir presionando para que se le escuche”. “Este país ya ha votado y estoy convencido que, en la medida que sigamos forzando a los políticos, volveremos a votar”, consideró, confiando en la “salud de hierro” del soberanismo para continuar movilizándose en las calles. Lo ejemplifica con la subida de socios de Òmnium: “Más de 185.00 socios es la prueba de que hay una parte de la sociedad que no renuncia a seguir luchando”. Y es que Cuixart censura la reclamación del Tribunal de Cuentas por los gastos por promocionar el procés en el exterior como una intención por parte del Estado de “dilapidar el movimiento soberanista desde la vertiente económica.
“Pedimos a la Generalitat que no deje tirados a estos servidores públicos, que estudie las maneras de hacer frente a estas peticiones tan desorbitadas para una economía familiar. Cuando al president Mas le piden más de dos millones de euros, están provocando su muerte civil, pero la de él y la de las futuras generaciones. Por eso la Generalitat debe encontrar la manera de dar respuesta”, indicó. Cuixart defendió la mesa de diálogo bilateral hasta el punto de calificarla de “imprescindible” aunque cree “muy difícil que se pueda encarar una negociación honesta hasta que no se paralice la represión” en todos los ámbitos.
Por último, tiene fe en la estrategia compartida del soberanismo. Es más, intuye que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se encontrarán “súper cómodos” en el 60º aniversario de Òmnium que se conmemora este mes en Catalunya Nord.