- Los presos de ETA Josune Oña Ispizua y Juan Arri Pascual, que en la actualidad cumplen condena en las cárceles de Alicante y de Castellón, serán trasladados a centros penitenciarios de Burgos y Logroño tras pasar a segundo grado, cuando las condiciones de la pandemia del coronavirus lo permitan. Las juntas de tratamiento han considerado que han aceptado la legalidad penitenciaria. Además, se ha concedido el tercer grado a José Ramón Foruria, que actualmente cumple condena en segundo grado, con control telemático, fuera de la prisión de Basauri, según resolvió la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Oña ingresó en prisión en 2004 para cumplir una condena de 25 años por delitos de colaboración con banda armada, atentado, falsificación de documento público y tenencia ilícita de armas. Se la consideró cooperadora necesaria del atentado de 2003 en el alto de Herrera, en el que murió el también miembro de ETA Arkaitz Otazua y resultaron heridos dos miembros de la Ertzaintza. En abril de 2023 cumplirá las tres cuartas partes de la condena. Por su parte, Juan Arri Pascual ingresó en prisión en 2003 y cumple una condena de 30 años por asesinatos, estragos y atentados. El exmiembro del comando Madrid de ETA participó en el atentado cometido en 1994 en la Plaza de Ramales, en el que fallecieron el teniente general Francisco Veguillas, el conductor de su vehículo y un trabajador. En junio de 2018 cumplió las tres cuartas partes de la condena. José Ramón Foruria Zubialdea, condenado por haber facilitado información a los miembros del comando Eibar de ETA que en 1980 asesinaron a cuatro guardias civiles, pasa a tercer grado. La AVT criticó los acercamientos porque tienen "delitos de sangre".