En Euskadi, la mayoría de la población no refrendó la Constitución en 1978 -el 55% de la ciudadanía se abstuvo de ir a votarla-. Sin embargo, el papel de los representantes vascos en la ardua negociación que culminó en la actual Carta Magna sí fue cuando menos relevante, más si cabe en los aspectos que conciernen a los derechos históricos de los tres territorios, que se recogieron en la disposición adicional primera y fueron la base del posterior Estatuto de Gernika. Luis Alberto Aguiriano (PSE) y Mitxel Unzueta (PNV) participaron en las conversaciones desde el Senado, donde ostentaron asiento en la legislatura constituyente, y relatan a DNA qué peso e influencia tuvo la cuestión vasca en el camino constitucional.

Ha llovido mucho en 40 años y en ocasiones les falla la memoria, pero los dos históricos senadores recuerdan bien cuál era el espíritu del momento y las sensaciones que vivieron en Madrid en una época de constantes cambios y con un objetivo compartido: derribar las estructuras del régimen franquista e intentar convertir España en una democracia de pleno derecho. “La implantación de la democracia era muy débil, prácticamente no era más que de palabra. Las estructuras del Estado, el ejército, la policía, todo era franquismo puro. Había que luchar por la implantación de la democracia”, explica Unzueta. Aguiriano, por su parte, recuerda la incertidumbre reinante y la tarea por hacer: “Había muchas incógnitas, pero era un trabajo apasionante; derribar un edificio centralista y totalitario, y crear un edificio moderno, democrático, de futuro y descentralizado”.

En cuanto a la redacción de la Carta Magna, ambos difieren en sus recuerdos de la negociación. Luis Alberto Aguiriano explica que los socialistas realizaron “aportaciones en prácticamente todos los artículos” y negociaron con “todos los grupos” para acordar el diseño territorial. Mitxel Unzueta, en cambio, recuerda que los jeltzales quedaron fuera de las conversaciones en algunas partes del proceso. “Nosotros no participamos en la ponencia, con lo cual quedamos marginados”, lamenta.

De cualquier forma, coinciden en que Euskadi tenía gran peso en el ambiente. “La importancia política de Euskal Herria en aquella época era grande y, como pasaba con los catalanes, tenía un dimensión distinta”, recuerda el exsenador del PNV. Aguiriano incide en esa idea y pone como ejemplo la disposición adicional primera que se incluyó en la Constitución y que recoge los derechos históricos vascos: “Jugamos un papel importante y la principal aportación fue la disposición adicional, en la que al final se llegó a un acuerdo que fue bastante positivo”. El antiguo senador socialista destaca también la colaboración entre los representantes de las diferentes formaciones vascas. “Yo fui elegido por el Frente Autonómico, que era una coalición del PSE, PNV e independientes. Era lógico cooperar ya que veníamos de un Gobierno en el exilio y de una tradición de colaboración desde la guerra. Había muy buena relación”, relata.

Sobre la disposición adicional primera -en la que se plasmó el concepto de derechos históricos, uno de los mayores anhelos de los vascos tras su pérdida en el franquismo-, fue Mitxel Unzueta el que jugó un papel fundamental en su redacción, proceso que recuerda con absoluta claridad. “Inicialmente no iba en el paquete de enmiendas para la Constitución, se acordó incluirla a última hora por decisión de Juan de Ajuriaguerra. La víspera de vencer el plazo de enmiendas, a media tarde, me llamó y me dijo que lo registrara”, cuenta.

De esta forma, en el último momento los jeltzales dieron forma a un montón de “papeles” y “borradores” para incluir una enmienda en la que no tenían mucha confianza -“le dije a Ajuriaguerra que si lo rechazaban iba a ser un jarro de agua fría”-. “Al principio el resto de partidos nos trataron de locos y nos dijeron de todo, incluso que éramos gente de la Edad Media. Pero estuvimos erre que erre, manteniendo un discurso sólido y luchamos por la disposición”. Al final, y contra los pronósticos iniciales, la iniciativa prosperó y se incluyó en la Constitución. “Salió lo que queríamos que saliera y sigue siendo un potencial para apuntalar cientos de artículos del Estatuto”, concluye Unzueta.

Por su parte, Luis Alberto Aguiriano no entiende que el PNV defendiera la abstención en el referéndum de la Constitución después de haber logrado colar en ella la disposición adicional primera, en lugar de respaldar la Carta Magna. “Es difícil saber lo que le pasó al PNV, yo nunca lo entendí. Todos los grupos teníamos cosas que aportar y lo hicimos, y por eso yo siempre estuve pensando que al final el PNV terminaría votando a favor de la Constitución. Está claro que me equivoqué”, expresa el exsenador socialista.

visiones opuestas En cuanto al texto constitucional que vio la luz, las visiones de Aguiriano y Unzueta difieren por completo, optimista la del primero y muy descreída la del segundo. Mientras el exsenador socialista cree que la Constitución cumplió sus objetivos, el exdirigente del PNV opina que se quedó a medias al no recoger la “plurinacionalidad” del Estado.

“En su momento, la del 78 fue una de las constituciones con una mejor legislación de derechos y libertades. Es la Constitución que más ha durado en este país, y habíamos pasado demasiado tiempo sin Constitución”, defiende Aguiriano. En contraste, Unzueta cree que la Carta Magna no sirvió para solucionar algunos de los problemas de entonces, “que son los mismos que hay ahora”. “Se trabajó en el vacío y no se hizo una Constitución que fuera un traje adaptado a las necesidades de un Estado que, quieras que no, es plurinacional”.

En cuanto a la vigencia de la Carta Magna, los dos exsenadores esgrimen también opiniones dispares. Aguiriano asegura que el texto goza de buena salud a día de hoy, aunque “habría que actualizar varias cosas después de 40 años” para adaptarla a los nuevos tiempos. Unzueta, por su parte, ve “agotada” la Constitución. “Una Constitución no es un trato destinado a perdurar eternamente, sino a servir a las necesidades políticas de un país. En Madrid pensaban que iba a durar una eternidad, y eso nos ha llevado al atasco de ahora”, lamenta.