Madrid - Durante la quinta sesión del juicio por la agresión de Altsasu declaró también como testigo la madre de Adur Ramírez de Alda, uno de los acusados que continúan en prisión provisional desde que ocurrieron los hechos y para quien el fiscal del caso José Perals pide 50 años de prisión por cuatro delitos de agresiones terroristas en las personas de los dos guardias civiles y sus parejas.

Después de que el propio acusado asegurara el primer día de vista oral que no estuvo en el bar Koxka en ningún momento de la noche, su madre confirmó la versión dada por su hijo asegurando que cuando ella llegó a casa esa noche, entre las dos y cuarto y las dos y media de la madrugada, Adur ya se estaba en el domicilio.

La testigo, que admitió ante los jueces haber asistido a manifestaciones en apoyo de presos de ETA, aseguró que su hijo se había hecho una pizza al llegar a casa y que charló un rato con él, tras lo cual éste se fue a dormir porque, al haber fiestas en el municipio, “se estaba reservando para la comida del sábado”.

En su intervención, Ramírez declaró que tras asistir a un partido de pelota y cenar en una sociedad, se marchó a casa horas antes de que se registrase la trifulca en el Koxka.

Al finalizar su comparecencia, la madre de Ramírez pidió a la presidenta del tribunal, Concepción Espejel, que le dejara acercarse a su hijo para “darle un beso”, a lo que la magistrada accedió a la petición. Madre e hijo se abrazado durante unos segundos visiblemente emocionados. - Efe