Bilbao - La misma noche en que Pedro Sánchez dimitió, usted vaticinó que volvería a optar a liderar el PSOE, como ha sucedido.
-Sí, yo tenía esa convicción. Sobre todo, creo que supe interpretar el sentimiento de enfado de una parte de la militancia socialista que no lo aceptó entonces en caliente, y no lo ha hecho durante nueve meses a pesar de que han querido servir el menú de las primarias bien frío. Esa rebelión pacífica y democrática de las bases se ha mantenido, y hasta aquí hemos llegado.
Sánchez demostró mucho músculo en la presentación de avales. ¿Cuál es la gasolina que le impulsa?
-Es muy sencillo, le impulsa la gasolina de la militancia, la fuerza y las convicciones de la militancia además de las suyas propias. Si tienes alrededor un buen número de militantes que llevan un montón de meses auto organizándose en plataformas, reivindicando la mejora de los procesos democráticos internos, la convocatoria de primarias y un congreso con urgencia para poner fin a la situación de anormalidad democrática, todo eso influye mucho en el ánimo en este caso de Pedro Sánchez. Es lo que le ha proporcionado esa fuerza para llegar hasta aquí.
¿En qué medida esos avales se traducirán en votos?
-Esa equivalencia se tiene que romper. No perdemos de vista que Susana obtuvo 6.000 avales más, lo que pasa es que algunos de esos avales son prestados, sin ninguna confianza en Susana, y también hay avales que han sido objeto de algún tipo de presión. Así, una parte de los avales se convertirán en la urna en votos en libertad en favor de Pedro Sánchez. También pensamos que algunos de los avales que ha tenido Patxi López se pueden convertir en voto útil en favor de Sánchez, a no ser que los seguidores de López prefieran que gobierne en Ferraz Susana Díaz.
¿Qué conclusión sacó del debate del lunes?
-Fue ejemplar porque otros partidos no han hecho nunca estos debates. Es verdad que hubo momentos duros y el PSOE apareció desnudo, enseñando todas sus vergüenzas, pero eso es también la democracia y la transparencia. Pedro Sánchez demostró su coherencia en todo momento y presentó un proyecto político colectivo que va dirigido a la recuperación de las bases políticas del PSOE y a intentar refundar la socialdemocracia europea, que atraviesa una crisis muy profunda desde hace 20 años.
¿Cómo responde a los que acusan a Sánchez de haber dado bandazos en cuanto a los acuerdos con Podemos y al concepto de nación?
-En cuanto al concepto de nación, se ha mantenido desde el documento inicial de febrero, en el que yo participé. No ha habido ningún cambio en la definición de España como Estado plurinacional, al contrario, nos acusan de querer romper España, lo que es ridículo. Tampoco hay cambios sustanciales respecto a la política de alianzas, sí se ha hecho hincapié en que nuestro proyecto es autónomo, socialista y pretende liderar la izquierda para ganar a la derecha. A continuación, acuerdos con fuerzas sociales, sindicales y políticas de progreso que ofrezcan postulados maduros para poner gobernar con estabilidad.
¿Cuál será el primer objetivo de Sánchez si es reelegido?
-Lo inmediato será plantear acciones para la reconstrucción del PSOE, también para llegar a acuerdos con otras candidaturas de cara a abordar el congreso de dentro de un mes con el mayor consenso posible en torno a un nuevo proyecto.