gasteiz - Sin paños calientes. Así se expresó ayer en la ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo , quien aseguró ante los grupos políticos que la reforma estatutaria no será posible si antes no se modifica la propia Carta Magna. “No veo margen para redefinir el pacto de integración de Catalunya y Euskadi en el Estado”, afirmó el experto, quien recordó que la Constitución española se redactó a finales de los setenta en el contexto de la Conferencia de Helsinki, en la que los países con más peso en el mundo decretaron la inamovilidad de las fronteras posteriores a la II Guerra Mundial, y aunque posteriormente, con la caída del comunismo, el orden mundial cambió radicalmente, la Carta Magna española se mantuvo en los mismos parámetros. “Suelo preguntar en clase -explicó- que sería de la Constitución si se hubiera aprobado cuando cayó el Muro de Berlín”.

Según Pérez Royo, cuando en este nuevo contexto, ya en el nuevo siglo, al Estado se le plantearon los retos del nuevo estatuto vasco del lehendakari Ibarretxe o la reforma catalana el Tribunal Constitucional dio “un aviso a navegantes” con su actuación, creando una jurisprudencia que “va perfeccionando a golpe de recursos y sentencias la doctrina sobre los límites del ejercicio de la autonomía”.

Así, aseguró, a día de hoy en España “nos hemos quedado sin Constitución territorial”, pues actualmente pesa más la doctrina del TC que el propio texto constituyente de 1978. “El Tribunal Constitucional es el gran protagonista”, afirmó.

De hecho, aseguró, la Ley del Tribunal Constitucional de 1979 se aprobó para “controlar a Catalunya y al País Vasco, ahí quedó entronizado como una pieza clave; cualquier cosa que se haga debe contar con el Tribunal Constitucional como agente activo”.

Pérez Royo explicó, además, que “la estructura del Estado está en la misma posición que al comienzo”, y detalló cómo aunque varios estatutos de autonomía acogidos a la vía del artículo 143, la vía lenta para el desarrollo autonómico, se reformaron; los del 151, la vía rápida, “se quedaron tal cual estaban”.

Años después, recordó, Catalunya presentó un nuevo estatuto de autonomía que logró ser aprobado tras ser pulido con generosidad en las Cortes Generales, pero aún así el Tribunal Constitucional emitió en 2010 una sentencia ante un recurso del PP que, a su juicio, ha llevado al callejón actual, sin aparente salida.

“bomba de neutrones” “El Estatuto naufragó en el Tribunal Constitucional; esa sentencia fue una bomba de neutrones, que deja intactas las paredes del edificio pero acaba con la vida en el interior”, aseveró Pérez Royo, quien considera que hoy en día la Constitución “no tiene adhesión ciudadana” y que los estatutos de autonomía , “normas constitucionales”, son “estériles”.

Según su criterio, “un estatuto no se puede imponer por la fuerza”, como ha ocurrido en Catalunya, y esta situación ha terminado generando un problema “para el conjunto de España”.

Antes de que estallara esa “bomba de neutrones”, añadió, se anticipó el problema con el llamado Plan Ibarretxe, que “planteó por primera vez el derecho a decidir”, un “desafío frontal” que, aunque no planteaba la independencia, también cosechó un “rechazo frontal”.

Sin embargo, insistió, Catalunya fue el punto de inflexión en esta materia. Pérez Royo recordó que se empezó “de forma suave”, apelando a un derecho a decidir cercano al contemplado en el Concierto vasco, pero se rechazó y fue entonces cuando el independentismo cobró fuerza.

Así, “la lección de la reforma del Estatut de Catalunya ha sido esa: ustedes ya ejercieron el derecho a la autonomía en el 79, y no crean que hay más”. Esa sentencia, además, llegó después de cuatro años de aplicación de un nuevo estatuto catalán que “no generó ningún problema”, con lo que quedó claro que “esto es lo que hay, la vuelta al 79, y de ahí no se pasa”.

Por tanto, para Javier Pérez Royo “hemos ido hacia atrás, estamos retrocediendo, y el PP, Ciudadanos y el PSOE también han retrocedido”. Además, vaticinó, si gana las primarias de los socialistas “quien parece que va a ganar” ese retroceso será más acusado.