MADRID - Mariano Rajoy acudirá a la reunión prevista para mañana con el president de la Generalitat, Artur Mas, cargado con las denominadas razones de Estado, apuntaladas ayer con el nuevo líder del PSOE, el recién desembarcado en el cargo Pedro Sánchez. Y es que si cabía alguna duda de que el Partido Socialista pudiera agitar el inmovilismo del PP ante las reclamaciones de Catalunya y Euskadi, ayer se volvió a constatar que en lo sustancial ambos partidos opinan igual, por mucho cambio de nombres que haya en el PSOE. Fue el propio Pedro Sánchez el que reconoció al término de la primera reunión que ha mantenido ya designado secretario general del PSOE con el inquilino de La Moncloa que ambos políticos coinciden “en que la consulta no puede ser celebrada” porque entienden que “es ilegal”. Es la “línea roja”, recalcó.

El encuentro celebrado en la residencia oficial de Rajoy durante casi tres horas no aportó más novedades en cuanto a las posturas de los principales partidos estatales sobre la cuestión soberanista. El Gobierno del PP ya había avanzado la semana pasada que no cabía la “tercera vía” que propugna el PSOE, esto es, la reforma constitucional en sentido federal que los socialistas quieren vender como el punto intermedio entre el “desafío” soberanista catalán y el inmovilismo del “centralismo de la derecha madrileña”, como estableció Sánchez en su discurso del domingo ante todo el socialismo español.

Al término de la reunión, fuentes de la Presidencia del Gobierno confirmaron que ayer Rajoy le dijo a la cara al nuevo líder socialista que se olvide de su propuesta de reforma federal. El argumento ya conocido del presidente del Ejecutivo es que en este momento no se dan las condiciones políticas necesarias para articular una propuesta con un consenso similar al que tuvo la actual Constitución y reformarla por asuntos como el futuro de Catalunya. Rajoy también le propuso mantener el tradicional entendimiento en asuntos de Estado como la política antiterrorista, de defensa y exteriores, y se comprometió a mantenerle puntualmente informado de todos estos asuntos.

El encuentro de Sánchez con Rajoy venía precedido por el desliz que tuvo el socialista el domingo al equiparar ante los delegados del PSOE la opción política del “independentismo” con una lacra como es la violencia machista. El líder socialista pidió disculpas ayer mismo al constatar el alcance del rechazo a sus palabras, pero se contradecía al mismo tiempo al señalar que con su manifestación solo quería “enumerar” los “desafíos o males -en referencia de nuevo al independentismo- que los españoles pueden superar juntos”.

Sánchez marca distancias Así las cosas, Pedro Sánchez, que fue el único que compareció ante los medios al término del encuentro, trató de marcar distancias con Rajoy. Aunque calificó el encuentro de cordial y positivo, resaltó que hubo “más diferencias que coincidencias” en los asuntos que trataron, fundamentalmente en tres: la economía, la elección de los alcaldes y la cuestión catalana. Sobre este asunto, transmitió la urgencia de una reforma constitucional, una reforma de la “arquitectura institucional” del país. “Cataluña y la crisis territorial lo ha convertido en urgente, pero existía desde hace tiempo la necesidad de renovar nuestra arquitectura: reordenar las competencias a nivel autonómico, local y estatal, y plantear un modelo de convivencia territorial adaptado a la sociedad del siglo XXI, que es lo que queremos todos”, resaltó.

El dirigente socialista también comunicó a Rajoy su rechazo a plantear ahora, a “cinco minutos de acabe la legislatura”, una reforma electoral sobre la elección de los alcaldes y le reclamó que busque el acuerdo con el PSOE, pero también con el resto de formaciones que se verán afectadas por los cambios. Propuso asimismo la creación de una ayuda mensual para todos los parados con hijos a su cargo.