MADRID. Este sencillo acto, celebrado en la Sala de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, ha sido el primero del día de la proclamación de Felipe VI como rey de España, que después en el Congreso de los Diputados jurará su cargo y pronunciará su primer discurso como jefe del Estado.
Juan Carlos I ha impuesto emocionado el fajín a su hijo, también emocionado, y después se han dado un abrazo. Felipe VI se ha dirigido después a saludar a su familia, empezando por la Reina Letizia, sus hijas --la Princesa de Asturias y la infanta Sofía--, su madre la reina Sofía, su hermana la infanta Elena y el hijo mayor de ésta, Felipe Juan Froilán. La infanta Elena ha hecho una reverencia al nuevo rey, así como también el nieto mayor de los reyes le ha mostrado respeto con una inclinación de cabeza.
En el acto han estado presentes el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Fernando García Sánchez; y los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Jaime Domínguez Buj; del Ejército del Aire, general Javier García Arnaiz; y de la Armada, almirante Jaime Muñoz Delgado; así como el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.
Con el fajín el nuevo monarca completa el uniforme militar que llevará durante todo el día. El uniforme, de gran etiqueta del Ejército de Tierra, consta de una guerrera azul con tirilla y puños blancos, pantalón azul, zapatos y calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato azul y condecoraciones, además del fajín de capitán general.
El fajín es una prenda que solo llevan los generales en sus uniformes y se imponen en las ceremonias de ascenso. Los fajines que llevan en sus uniformes los generales de las Fuerzas Armadas son todos iguales y lo que les distingue son los entorchados. El capitán general es el único que lleva cinco entorchados.
LA EXCEPCION DE GUTIERREZ MELLADO
Así, solo Juan Carlos I y Felipe VI han llevado en sus uniformes un fajín con cinco entorchados, a excepción del exministro de Defensa Manuel Gutiérrez Mellado, a quien a principios de los noventa se le concedió el título honorífico de capitán general y, por tanto, también pudo tener un fajín de estas características.
Las primeras noticias que existen del uso de las bandas y fajas utilizadas por el Ejército español se remontan a la época de las guerras de Italia, en el siglo XVI, si bien su representación iconográfica que llega hasta nuestros días se recoge de grabados, cuadros y documentos pertenecientes al reinado de Felipe IV.
Con la llegada del siglo XIX, concretamente en 1815, se reguló el uso de las fajas de generales, determinando la forma de las borlas, que casi sin variaciones ha llegado hasta hoy en día. Unos años después, en 1844, se suprimió el uso de las fajas de cualquier tipo que no fueran las de general o de Estado Mayor.
La legislación más reciente sobre este aspecto de la uniformidad militar es una orden ministerial del 14 de marzo de 1985, cuando se suprimió la faja para media gala, y otra del 12 de diciembre de 1989, que disponía que la faja fuese única para gala y diario, de punto de seda encarnada, con borlas de hilo de oro, flecos de seda roja y entorchados de empleo.