Madrid. Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga íntima del rey Juan Carlos de Borbón, fue la encargada, por recomendación del monarca español y de acuerdo con el príncipe Felipe, de organizar la luna de miel de los príncipes de Asturias en 2004, según asegura el último número de la revista Vanity Fair. Según ese artículo, la aristócrata alemana asegura que con ese encargo "apenas dormía. No me separaba de los dossieres del viaje y estaba muy preocupada de que no se filtrase nada". La revista relata que Corinna "explicaba después lo complicado que había resultado organizar un viaje así, por todo el mundo y en contacto con embajadas, sin que trascendiera nada".
Al parecer, aquella fue la primera de una serie de gestiones que desde entonces la alemana hizo para Don Juan Carlos y para una serie de empresas españolas cuya identidad no ha trascendido. La princesa Corinna ya declaró que realizó "varios trabajos para el Gobierno español" en sus labores de relaciones públicas, aunque esto fue negado por la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.
Sin embargo y según desvela Vanity Fair, Corinna facilitó también, mediante sus contactos con el magnate del acero Vladimir Lisin, que el presidente ruso Vladimir Putin recibiera al monarca en el Kremlin durante un viaje privado de Juan Carlos de Borbón. Dicho encuentro tuvo lugar en junio de 2005, en un momento delicado de las relaciones entre España y Rusia tras desencuentros por Ucrania y la retirada de la guerra de Irak. A través de su empresa, Apollonia Associates, la aristócrata alemana trabajó para al menos seis empresas españolas.
Este supuesto no habría sido confirmado oficialmente por el responsable de la inteligencia española, el general Sanz Roldán, en su comparecencia del martes ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso.
Confidencialidad En sus declaraciones a Vanity Fair, Sayn-Wittgenstein, que admite haber recibido amenazas, dice estar "muy preocupada por las informaciones falsas que circulan sobre mí en España, pero no puedo comentar nada más porque tengo firmados contratos de confidencialidad con mis clientes y porque, además, estoy convencida de que se me está utilizando en medio de asuntos internos del país que no tienen que ver conmigo". La revista señala asimismo que en estas últimas semanas intentaron forzar la puerta de su oficina y ha recibido mensajes anónimos con alusiones a la muerte de Lady Di.