bilbao. Y ya no hay dudas de que los ataques tienen todos los visos de estar perfectamente planificados, como si alguien dentro de ese mundo opaco hubiera tocado a rebato para elevar la tensión, y que ésta se haga patente en las calles. En esta ocasión, la kale borroka se trasladó a Bilbao. A pocas horas de que arranque Aste Nagusia, que inundará durante nueve jornadas de un clima festiva la capital vizcaína, un grupo de desconocidos quemó ocho contenedores entre el barrio de Santutxu y el Casco Viejo, una acción que provocó daños a catorce vehículos estacionados en las inmediaciones, uno de los cuales quedó completamente calcinado.
Como si se tratara de un efecto dominó, Bilbao se suma a la lista de localidades que en las últimas dos semanas han registrado ataques callejeros, tras los sabotajes de Zarautz, Zalla, Andoain, Azkoitia y Vitoria. Y el futuro cercano no anima a ser optimistas, ya que hoy comienza la Semana Grande bilbaína, evento marcado en rojo por el Departamento de Interior del Gobierno Vasco, que teme que los radicales aprovechen las fiestas para hacerse notar. El consejero Rodolfo Ares aseguró hace unos días que la Ertzaintza va a redoblar la seguridad para que no se registren sabotajes, y ayer, desde su Departamento, no dudaron en subrayar que con el último ataque de kale borroka "queda patente" el intento de "grupos radicales abertzales" de hacerse presentes mediante la violencia callejera en el marco festivo y en el periodo estival, en general.
Y en torno a las fiestas de Bilbao, que esta tarde vivirán el txupinazo, la tensión lleva planeando desde hace semanas. La negativa del Ayuntamiento a que las comparsas Kaskagorri -relacionada con los movimientos juveniles de la izquierda abertzale-, Txori Barrote -vinculada con el colectivo de presos políticos vascos- y Komantxe puedan instalar sus txosnas (las dos primeras fueron sancionadas por mostrar fotos de reclusos de ETA durante la pasada edición de Aste Nagusia), ha provocado el plante de Bilboko Konpartsak, que el próximo miércoles colgará el cartel de cerrado durante toda la jornada. Una protesta pacífica, que Interior y el propio Consistorio bilbaíno temen que sea la excusa de los radicales para seguir con la escalada violenta.
El propio alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha lanzado en los últimos días mensajes a la calma y a la buena convivencia en fiestas. Algo que repitió ayer al leer la declaración que el pleno consensuó para condenar "con toda rotundidad" los sabotajes registrados de madrugada en las calles Zumarraga, Kalamua, Fika y Ronda. "Esta gente no quiere las fiestas en paz y vuelven a las andadas", subrayó el primer edil, tras señalar que estos actos, además de intimidar a la población y ponerla en riesgo, "suponen atentar contra la convivencia y el deseo de paz" de la sociedad bilbaina.
exigencia de una condena Como ha ocurrido en la última semana después de que se hayan verificado que los sabotajes registrados en diferentes puntos de la CAV obedecen a la kale borroka, las llamadas a la izquierda ilegalizada para que condene los actos de Bilbao no se hicieron esperar. El mismo Departamento de Interior, en el comunicado en el que dio cuenta de los daños causados en Santutxu y el Casco Viejo, instó "a los que se proclaman públicamente dirigentes de la izquierda abertzale" que los condenen de forma clara y sin ambages.
Precisamente, dirigentes de la izquierda abertzale de Bilbao fueron cuestionados sobre los ataques durante una rueda de prensa en la que denunciaron el modelo festivo de Aste Nagusia. Su portavoz, Borja Sarrionaindia, tras pedir a los ciudadanos que no caigan en las "provocaciones de Ares" durante las fiestas, no quiso valorar el último ataque de kale borroka y se limitó a suscribir la valoración que el miércoles realizó este movimiento sobre la violencia callejera. En esa ocasión, la izquierda abertzale expresó "su apuesta inequívoca por la utilización de vías exclusivamente políticas y democráticas. Cualquier acto que rompe esta estrategia se sitúa fuera de la misma". Un mensaje para los que siguen apostando por los métodos violentos, pero que no acaba de calar en todos sus simpatizantes.
Iñaki Azkuna comprobó en persona los daños causados por los radicales en el barrio de Santutxu. Foto: efe
Simpatizantes de la izquierda abertzale, ayer en Bilbao. Foto: zigor alkorta
"Esta gente no quiere las fiestas en paz y vuelven a las andadas", lamenta
el alcalde de Bilbao
La AN prohíbe el acto de Barcelona
El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz decidió ayer prohibir el acto de homenaje previsto para hoy en Barcelona para celebrar la liberación de Laura Riera, una colaboradora del "comando Barcelona" de ETA, al considerar que su celebración supondría una exaltación de su "currículo delictivo". El magistrado, que ha adoptado esta decisión a instancias de la Fiscalía y de Dignidad y Justicia, ordena a la Consejería de Interior de la Generalitat, Mossos d"Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil que adopten las medidas necesarias para hacer efectiva la prohibición y evitar que se cometan hechos delictivos que "entrañen" enaltecimiento a personas u organizaciones terroristas. Según su auto, con este acto convocado durante las fiestas alternativas del barrio barcelonés de Gracia, también se pretendía rendir homenaje a las etarras Dolores López Resina y Marina Bernardó, que actualmente cumplen condena en Francia. Ruz asume los argumentos de la Fiscalía y los informes de las Fuerzas de Seguridad sobre el anuncio, promoción y difusión pública de la convocatoria del acto, y subraya que no existe constancia de comunicación oficial alguna dirigida a la autoridad gubernativa, como tampoco figura persona física identificada "de forma clara" en calidad de responsable de la organización y coordinación del mismo.