E L histórico dirigente carlista y su referente político, Carlos Hugo de Borbón-Parma, falleció ayer en Barcelona a los 80 años tras una larga enfermedad. Era, al igual que la Casa Real española, descendiente directo por vía paterna de Felipe V, primer rey Borbón en España. Tras la abdicación de su padre en 1972, Carlos Hugo se convirtió en la cabeza dinástica de la Casa Borbón-Parma, la rama carlista que pretendió situarse en el Trono de España. Carlos Hugo lideró el movimiento carlista como presidente del partido durante los primeros años de la transición desde una perspectiva izquierdista y federalista.

Carlos Hugo nació en París el 8 de abril de 1930, y tras pasar por las principales universidades y trabajar para el Deutsche Bank en Alemania, optó por regresar a España, de donde fue expulsado por Franco por su actividad en el Partido Carlista, que intentó modernizar dotándolo de una ideología socialista, autogestionaria y federalista.

Comenzó entonces una intensa actividad política desde el exilio en su residencia de París, encaminada a operar una modernización en las estructuras y planteamientos del Partido Carlista en torno a la lucha por instaurar la democracia participativa, así como la defensa de la unión y reintegración foral de todos los territorios de Euskal Herria.

Fue además candidato por Navarra en las elecciones generales del 1 de marzo de 1979. Sin embargo, los malos resultados obtenidos en los comicios le hicieron renunciar al liderazgo del partido, cuya militancia abandonaría poco después, aunque sin renunciar a sus derechos dinásticos.

Sus convicciones democráticas acercaron al carlismo hacia el resto de formaciones antifranquistas. Sin embargo, motivó el rechazo de los sectores marginales más inmovilistas, que se dispersaron en distintos grupúsculos y en torno a la figura de Sixto Enrique, su hermano menor.

La división del carlismo terminó en tragedia durante la tradicional romería de Montejurra en 1976, encabezada por Carlos Hugo y su esposa, la Princesa Irene de Holanda. Grupos ultraderechistas organizados en la denominada Operación Reconquista y con la complicidad de altos cargos del Estado irrumpieron a punta de pistola en la celebración, que se saldó con numerosos heridos y dos personas fallecidas, Ricardo García Pellejero y Aniano Jiménez Santos, ambos seguidores de Carlos Hugo, y hoy reconocidos como víctimas del terrorismo.

La crisis le causó serios problemas familiares, y se cerró en 1977 con la ratificación de Carlos Hugo como presidente y líder del Partido Carlista. Tras las elecciones de 1979 quedó al margen de toda actividad política, dedicándose como profesor a dar clases en la Universidad de Harvard (EEUU) hasta su jubilación. En 2002 cedió al Estado en calidad de comodato archivos familiares y del Partido Carlista, más de 40.000 documentos para su depósito en el Archivo Histórico Nacional, cesión a la que se opuso formalmente el Partido Carlista.

Carlos Hugo padecía un cáncer de próstata que se había agravado las últimas semanas. El 4 de agosto la familia difundió un comunicado en el que anunciaba que su estado de salud no era bueno. El dirigente carlista señaló a su hijo mayor, Carlos Javier, como "futuro Jefe de la dinastía".