vitoria. Con la llegada del viernes se cerró la agitada semana que han vivido todos los agentes afectados por la polémica suscitada en torno al proyecto con el que el Gobierno Vasco quiere "reformular" el actual Plan de Educación para la Paz. Y lo hizo con dos nuevas llamadas al consenso, una de las cuales resulta más que significativa del actual estado de la cuestión.
Fue la propia portavoz del Gobierno Vasco, Idoia Mendia, quien ayer ahondó en el discurso relativo a este proyecto que evidencia que el Gabinete López va entendiendo que el consenso es imprescindible para que su proyecto salga adelante y se aplique con éxito. Así, donde hasta hace apenas unas horas se presentaba un borrador con las líneas rojas perfectamente marcadas y el margen anclado en el apoyo de PP y UPyD a los términos fundamentales que justificaban la necesidad de reformar el texto aprobado la pasada legislatura, y se advertía incluso de que el Plan saldría adelante incluso sin el apoyo del PNV, ayer Mendia prometía que su Ejecutivo está dispuesto "a echar el resto" para lograr el apoyo jeltzale, ya que, en la búsqueda del consenso, "los textos siempre se pueden modificar" aunque sin "renunciar a los principios".
otra voz crítica Mientras Mendia profundizaba en la flexibilización de ritmos y fondos que ha caracterizado el viraje de Lakua esta semana, la organización pacifista Lokarri se sumaba ayer a la más que larga lista de agentes políticos y sociales que ya han pedido al Gobierno Vasco que retire su reforma del Plan de Educación para la Paz y devuelva el debate al kilómetro cero para incluir en él la opinión de los diferentes partidos y, sobre todo, la de quienes mejor conocen el terreno y serán los responsables de su aplicación: los miembros de la comunidad educativa.
En un elaborado análisis, la Red ciudadana denunció que es evidente que el actual proyecto "no cuenta con un consenso básico", y por eso pidió que se detenga el proceso y se abra "un proceso de contraste amplio" que sirva además para librar al actual borrador del sesgo político que ahora lo lastra.