Mpox
Cuatro años después de la pandemia de coronavirus, tenemos una nueva emergencia sanitaria internacional. Es la viruela del mono o mpox. Casos lleva habiendo años, pero un brote surgido en República Democrática del Congo eleva la alerta y nos trae recuerdos de Vietnam. El próximo lunes se reunirán los centros de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Epidemiología, Microbiología y la división de Vacunas. Ese mismo día, España participará en el Comité de Seguridad Sanitaria de la UE. El martes se reunirá la ponencia de alertas con todas las comunidades autónomas. Sólo espero que hayamos aprendido algo con el covid.
Secretos oficiales
Hay silencios que hablan a gritos. La ley de secretos oficiales es otra de esas herencias incómodas del Franquismo que pocos se atreven a señalar. Sí lo hace, desde hace años, el PNV, aunque el Gobierno se ha resistido. ¿Hasta ahora? En El Confidencial nos cuentan que el ejecutivo español podría incluir la reforma en el plan de regeneración democrática que se presentará tras el verano. No es que les haya entrado la fiebre democrática, es que Bruselas les ha tirado de las orejas (otra vez). Nadie duda de que revolverá conciencias y sillones, pero sin ella no habrá reconciliación posible con un pasado demasiado incómodo.
Crueldad
No se me ocurre otra palabra al leer esta noticia: “La jueza de Barcelona paraliza otra eutanasia a un hombre que ha sufrido tres ictus y dos infartos desde 2020” (Público). La misma jueza que paralizó la muerte asistida a una joven de 23 años con graves lesiones medulares, decide ahora que un hombre que ha declarado “no quiero tener más discapacidad” y “no le encuentro sentido a la vida”, no puede morir dignamente. Los dos pacientes contaban con el aval médico necesario, pero son los tribunales los que, en última instancia, decidirán si les condenan a seguir viviendo. Terrible.
Construir la identidad
Ni un juez ni nadie debe cuestionar el sufrimiento de un enfermo, como nadie debe cuestionar la autodeterminación de género. En este charco se ha metido el obispo de Bilbao, Joseba Segura, en la homilía de la Asunción: “Es como si el cuerpo no importara, como si uno pudiera construir su identidad, ser hombre o mujer o cualquier cosa intermedia o ninguna de ellas a voluntad, sin deferencia al cuerpo con el que hemos nacido”. Bueno, es exactamente eso. Hemos aprendido que el cuerpo no tiene por qué definirnos y hemos constatado que la Iglesia intenta seguir el ritmo de los tiempos pero da dos pasos atrás por cada uno adelante.
Imane
El debate sobre la identidad de género lleva encendido todo el verano por la polémica de la boxeadora argelina Imane Khelif. Tras escuchar de todo por su aspecto y ganar el oro en los Juegos Olímpicos, ahora ha denunciado el acoso sufrido. Ha demandado a X (antes Twitter), pero nombra a dos personas: el CEO de X y Tesla, Elon Musk (que esparce bulos con la misma alegría con la que gasta millones) y la escritora J.K. Rowling (que lo último bueno que escribió fue Harry Potter y ahora sólo hace gala de una transfobia galopante). La misoginia, el racismo y el sexismo siguen campando a sus anchas, aunque nos creamos mejores.