Estereotipos, críticas, y más opiniones negativas? Esta es una milésima parte de las cuestiones a las que los jóvenes se someten a diario. La mayor parte de la sociedad tacha de incultos, arrogantes e indolentes a las nuevas generaciones que serán el futuro de nuestra sociedad. Sería de justicia resaltar las cualidades que también tiene nuestra juventud, ya que toda no se ajusta a los apelativos que se asigna.
Son muchos los que opinan que la adolescencia es una etapa dificultosa de la vida en la que la inexperiencia excede la buena voluntad de los jóvenes. Es por eso que la gran mayoría da por sentado que los jóvenes nos rebelamos ante cualquier tipo de norma o limitación, sin ser consecuentes con los perjudiciales resultados de tales actitudes. Con este apunte me refiero al fracaso escolar que muchos comentan. A pesar de ser verídico, otros muchos optan por una alternativa completamente opuesta. Actualmente, es amplia la franja de estudiantes que además de su formación educativa se implica en diversas actividades, como el aprendizaje musical, artístico o deportivo.
A estas alturas, es más que evidente el esfuerzo y la presión que ocasionan los estudios, la exigencia que conlleva y la implicación que supone sacar adelante una carrera. De esta manera, debería ser crucial el apoyo y la comprensión absoluta de los más cercanos. Cada vez son más los adolescentes que miran de cara al futuro intentando construir el mejor camino posible, luchando por las metas que quieren conseguir. Tal como afirma el Instituto Nacional de Estadística, España ha reducido casi a la mitad su tasa de fracaso escolar, que en 2013 era del 31,7% y en 2019 es del 18,3%. Asimismo, una pequeña parte del alumnado intenta compatibilizar sus estudios académicos con otras enseñanzas profesionales; entre ellas, estudios de música o de danza en conservatorios superiores así como la práctica de un deporte de élite. Y ésta, aunque no tan extendida y reconocida, también representa a una parte de la juventud actual cuyo sacrificio no debe ser minusvalorado ni obviado.
En conclusión, no debemos dejarnos guiar por las apariencias y el pensar general de la sociedad, puesto que cada individuo tiene una forma diferente de visualizar la importancia de los estudios y encaminar su futuro con esfuerzo y dedicación.