El feminismo. Una palabra muy incomprendida. La gente piensa que ser feminista quiere decir Odio a los hombres o La mujer es mejor. Es totalmente lo contrario. El feminismo es la liberación de la mujer para poder llegar a la igualdad de géneros. Es eso. Igualdad. Cuando alguien dice que es feminista, la gente empieza a mirarle raro o faltarle el respeto. ¿Está mal querer que las mujeres y los hombres tengan los mismos derechos? ¿Está mal creer que un día las mujeres tendrán las mismas oportunidades que los hombres?

Una de las razones por las que hoy escribo esto es para, en la medida de lo posible, tratar de que el que lo lea reflexione, recapacite y se eduque. Todos deberíamos ser feministas. Tengo la suerte de vivir en una sociedad donde las mujeres van ganando libertades poco a poco, como la libertad de poder escribir una crítica constructiva y tener posibilidades de que se imprima en un periódico público.

La filosofía también ayuda un montón en el aspecto de la libertad. La filosofía se basa en la libertad de pensamiento y expresión, y según mis creencias, está permitido que los hombres y las mujeres piensen. Ahí está la igualdad que se busca. La filosofía es un buen paso hacia un futuro en equilibrio. Vivimos en un tiempo en el que la filosofía es considerada innecesaria, una pérdida de tiempo, pero poco a poco va cobrando más importancia gracias a grandes potencias, como la UNESCO, que en 2005 elaboró una estrategia intersectorial sobre la filosofía. Dos funciones de la filosofía que me resaltaron fueron: “La filosofía aborda problemas universales” y “la filosofía permite a cada uno pensarse en sí mismo y pensar por sí mismo”. Aquí está su importancia, no solo para una buena educación, sino para hacerle frente a problemas como el machismo. Tal vez, algún día, utilizando la filosofía, lleguemos al equilibrio e igualdad.