Hace 75 años, y 7 años después de la Gran Depresión económica de EEUU, Charles Chaplin estrenaba Tiempos modernos, crítica satírica y mordaz del sistema productivo norteamericano. En dicha película había escenas en las que las máquinas impedían oír a las personas por el ensordecedor ruido que producían.

En 2011 hablamos de términos como alineación; viene a significar que todos los trabajadores de una empresa deben estar alineados con la política de la empresa, es decir, tienen que remar todos en una misma dirección. Ahí es donde tengo que añadir un factor muy importante para mí, y es el que las piezas de ese engranaje, como ya denunció Chaplin, son personas y como tales deben ser tratadas en las empresas.

El actual sistema productivo se encuentra viciado y lo que consigue es que las personas deban alinearse con las empresas aunque las empresas no lo hagan con sus trabajadores. Surge el término alienación producida por la deshumanización de la empresa, donde la actual rueda hedonista nos lleva a crecer año tras año para satisfacer las dudosas exigencias del mercado. Este vaciado de la persona en pos del crecimiento era lo que denunció Chaplin.

¿Volveremos a las andadas una vez acabe esta crisis? ¿O quizá nos inventaremos otro paradigma socioeconómico al que tendremos que responder?

De nosotros depende aprender la lección que ya nos intentó dar Chaplin hace 75 años o, por el contrario, preferimos correr esta enloquecida lucha por tener en lugar de ser.

Josu Lazcoz Iso