Las grandes multinacionales y el gran capital imponen su estrategia a nivel mundial. Más acentuado en Europa por ser vanguardia y referencia del bienestar y derechos sociales.

Eso nunca le gustó al gran capital y empezó a mover los hilos para desmontar los logros que reduzcan los beneficios escandalosos que pretenden y, los derechos laborales con el único objetivo de tener a su entera disposición a los trabajadores. En épocas de empleo, exprimen a la gente con hipotecas abusivas (con suelo); cuando se pierde el empleo, se quedan con lo pagado y con la vivienda. Actúan como en la época de los terratenientes con los jornaleros.

El gran capital muestra el camino a los neoliberales que copan el Parlamento en Bruselas; estos invitan a los países (que dependen de ellos) a que tomen las medidas oportunas en la dirección señalada, si quieren seguir en el rol. Estos países, a su vez, convencen a los correveidiles de turno, para que no se agote la financiación en forma de Formación Continua (valga la redundancia). Y, entre todos, le ponen la guinda al pastel. Actúan como correas de transmisión.

Una vez horneado el pastel, además, el hada madrina de Europa, recomienda ligar los salarios a la productividad. Pero los beneficios se los embolsarán, como siempre y, si no son los pretendidos, pues no habrá subida salarial.

Moraleja: Los unos, seguirán dominando el mundo a sus anchas, como lo hacían los terratenientes con sus tierras y jornaleros; los otros seguirán gobernando y chupando de la piragua respectivamente; el resto, jubilados, trabajadores, enfermos, estudiantes... los que pagan el pato.