Los clásicos nos han regalado multitud de enseñanzas para afrontar la vida. ¿Cómo encontrar la felicidad? ¿Cómo enfrentar el dolor y la incertidumbre? ¿Cómo asumir el cambio? ¿Cómo construir relaciones duraderas? ¿Qué valor tiene la amistad? ¿Cómo afrontar la muerte? ¿Cómo vivir con plenitud? En Carpe Diem, lo nuevo de Emilio del Río, encontraremos la respuesta a muchas de estas incógnitas.
En su nuevo libro no solo nos presenta varias lecciones de autoayuda, sino que nos recupera a los filósofos clásicos, algunos conocidos de las clases de instituto pero otros no tanto.
Carpe Diem es un manual de autoayuda, sí. Es una guía práctica con consejos útiles para encontrar el bienestar emocional y, por tanto, la felicidad a partir de los clásicos. En la vida es más fácil descartar que elegir. Entonces, no es un libro de teorías, no es un libro de filosofías. Es una guía práctica con consejos a partir de los clásicos para encontrar el bienestar emocional, para ejercitar las emociones, para practicarlas, porque de la misma forma que entendemos que hay que hacer ejercicio físico, también las emociones se practican.
Tenemos a Séneca, a Marco Aurelio, Epicuro… ¿Qué supusieron para usted estos grandes pensadores clásicos en sus primeros estudios y ahora?
El libro por un lado es compartir mis notas de lectura con el gran público, con los lectores, en el que cuento lo que nos han dicho para ser felices, porque ellos nos dieron autoayuda de la buena. Me han ayudado a ser feliz. Además, los clásicos son divertidos, te lo pasas bien y son de una actualidad impresionante. Como cuando dicen que lo que te pasa no es lo importante, porque te van a pasar cosas, siempre, sino cómo reaccionas. Y, por otra parte, también es una defensa contra los gurús de la autoayuda, los coaches motivacionales que pueblan las redes, contra los homeópatas del alma, que ofrecen frases simplonas de tazas de café. Te tienes que entrenar para ser feliz, tienes que tener hábitos de trabajo, tienes que saber que el orden (antes de que lo descubriera Marie Kondo) ya existía como una de las claves del bienestar emocional. Es que algunos piensan que han descubierto la pólvora con el mindfulness. Séneca ya te habla de lo importante que es la concentración y sin redes sociales. Los 42 capítulos se pueden leer en cualquier orden, pero he querido que el primero sea Vivir es combatir. Es una frase de Séneca que dice que vivir es caerse, pero que luego hay que levantarse y sobreponerse a las dificultades.
"Los 42 capítulos se pueden leer en cualquier orden"
También aprendemos mucho de los mitos, aprendemos mucho incluso de la religión. Aquí nos habla de cómo hacer frente a la ira, a la avaricia, cómo hacer frente a la gula… Básicamente estamos hablando de pecados capitales.
Bueno, luego la religión, en este caso el cristianismo, aprovecha la moral del mundo clásico, pero es un libro que no tiene nada que ver con la religión. De hecho, digo en el libro que no sé si existe el más allá, pero nadie habla con él y nos lo cuenta. Carpe Diem es buscar el lado positivo de la vida. ¿Eso quiere decir que nos lo tenemos que tomar todo a chirigota? No, nos pasan cosas malas y hay que saber sobreponerse ante eso, y muere gente que nos rodea y que queremos. Pero, como decía un griego, Demócrito, lo importante es pasar la vida con buen ánimo.
A la muerte le dedica también un capítulo en este libro.
Cómo afrontar la muerte. Los clásicos le dan mucha importancia a eso. No se trata de estar obsesionados con ello, pero es que hay que saber que nos vamos a morir todos, aquí no va a quedar nadie. Hay un verso de un poeta latino que recoge el libro y que dice que una de las claves de la felicidad es ni temer ni anhelar el último día. Tenemos que tener la sensación de haber vivido plenamente.
¿Somos optimistas o pesimistas por naturaleza?
Hay gente que es pesimista por naturaleza y eso es muy jodido, ¿no? Hay que buscar siempre el lado positivo de las cosas. Tienes que ser capaz de sobreponerte, y eso está dentro de ti, en tu equilibrio interior. Y a eso nos enseñan los clásicos. La capacidad de perdón, por ejemplo, pero más allá de las religiones. El perdón no por los demás, sino por uno mismo. La cantidad de energía vital que te libera eso es fantástica, y para eso hay que entrenarse.
Dedica también un capítulo para llegar a los cien años y mantenerse. ¿Hay alguna clave para vivir eternamente sin ser un dios griego?
No, no la hay. Nos morimos, y eso es lo que hace que tengamos que darle valor a la vida. Si tuviéramos toda la eternidad, no sé si sabríamos valorar el regalo que es la vida. Tenemos que exprimirla siempre al máximo.
También nos dice que la felicidad y el alcohol no son compatibles.
Fíjate el cuadro de la Velázquez, ¿te acuerdas? En Los borrachos, el único que sale bien es el dios. Los demás están deterioradísimos. El mensaje de Velázquez es buenísimo, es un genio. Con moderación, vale, pero cada vez más se valora el cuidarse.