La vida, para lo cuñado que es, se ha portado excepcionalmente bien con Bertín Osborne. Hijo mayor, y único varón, de Enrique Ortiz López-Valdemoro, VIII conde de Donadío de Casasola, VII conde de las Navas, y de su esposa María Teresa Osborne y Marenco, nieta paterna del II conde de Osborne. Como ven, un señor nacido hace 67 años en el seno de una familia bien que siempre se ha sentido afortunado. Y razones tiene para ello: además de una vida más que resuelta desde la infancia, ha sido presentador de éxito en televisión (Lluvia de estrellas, Tu casa es la mía, Contacto con tacto...), cantante con hits jugosos en los años 80, actor en series, telenovelas... Y todo ello bajo un talento personal ligeramente rancio y un carácter bocachanclas que nunca ha ocultado. Sus polémicas se cuentan por docenas.

Pues bien, cuando nadie esperaba ya un nuevo giro de tuerca en tan intensa vida, ha emergido de la nada este mes de octubre un irreconocible Bertín Osborne. Para nada alejado de sus postulados de derechas (eso se lleva en la sangre), pero sí bien musculado y con diez kilos de peso menos. “Trabajar mucho, llevar una vida sana, hacer mucho deporte y tomar vitaminas”. Esas son las palabras del señorito para obtener tan magistral aspecto. La receta para la versión senior de Hombres, mujeres y viceversa.

Quizá ha llegado el momento de que Osborne regrese al mercado, ya que como es vox populi, se separó de Fabiola Martínez en enero de 2021 tras veinte años de relación y dos hijos en común. “No tengo nada en la cabeza ni pienso tenerlo en una temporada muy larga, si es que alguna vez llega algo”, ha relatado esta semana a la revista Lecturas. Así que como afirman los cachas de mi gimnasio: “Lo hace por salud”.