El terremoto que azotó Marruecos el pasado viernes ha dejado ya 2.901 muertos y 5.530 heridos hasta las 13:00 hora local (GMT+1), según el último balance difundido por el Ministerio marroquí del Interior.

Un grupo de mujeres y niños junto a los escombros de una vivienda en Al Haouz, Marruecos. EP

Las consecuencias del terremoto provocaron muertes en una decena de provincias y solo hay nuevas víctimas en la región más afectada, Al Haouz -al sur de Marrakech y cercana al epicentro-, donde se registran ya 1.643 fallecidos.

En el resto de provincias no se han contabilizado nuevos fallecidos. Según el anterior balance, la seguida más afectada es Taroudant (976 víctimas mortales).

De los muertos, se han enterrado ya 2.884 cadáveres, apunta Interior.

Menores y niños

Unos 100.000 niños se han visto afectados por el terremoto, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que ha llamado a responder a las necesidades de los menores y a tener en cuenta que aún siguen produciéndose réplicas.

En total, la ONU estima que más de 300.000 personas se han visto afectadas en Marrakech y en la zona del Alto Atlas. UNICEF aún no ha podido verificar cuántos niños pueden haber perdido la vida, pero sí ha recordado que en 2022 se calculaba que la infancia representaba casi una tercera parte del conjunto de la población.

La agencia ya ha movilizado personal humanitario para apoyar la respuesta inmediata , pero ha recordado que, más allá del corto plazo, surgen otras necesidades. Así, numerosas familias se han quedado sin hogar en una época del año en que las temperaturas ya comienzan a descender drásticamente durante la noche.

Además, también han resultado dañadas instalaciones como escuelas u hospitales, lo que provocar efectos colaterales en los niños, según UNICEF.

Un treintena de réplicas

El terremoto de magnitud 6,8 en la escala de Richter que sacudió el viernes a última hora la zona centro de Marruecos ha dejado hasta el momento alrededor de una treintena de réplicas que superan la magnitud 3, según el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (CSEM), que ha detectado una menor actividad sísmica en los últimos días.

Un movimiento telúrico como el del viernes suele dejar tras de sí una serie de réplicas que también pueden alcanzar niveles peligrosos, si bien en el caso de Marruecos la mayor tuvo lugar apenas un cuarto después del terremoto inicial, con una magnitud de 4,8. El sábado por la mañana, no obstante, también se alcanzó el 4,2 en la escala de Richter.