- La comunidad internacional se plantea incrementar las sanciones contra Rusia por la supuesta matanza cometida por sus tropas en la localidad de Bucha, próxima a Kiev, una implicación que el Kremlin ha rechazado de manera categórica. Los servicios funerarios de Bucha, cercana a Kiev, denunciaron la masacre cometida por el ejército ruso en esa ciudad del norte del país, que fue asediada y bombardeada durante semanas y en la que, al ser recuperada por las tropas del país, se pudieron descubrir cientos de cadáveres en sus calles, la mayoría de civiles. Según informó ayer el diario ucraniano Pravda, se han localizado unos 340 cadáveres de civiles.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) afirmó tener indicios de que el Ejército ruso había cometido posibles crímenes de guerra en las áreas bajo su control, entre ellos ejecuciones sumarias de civiles.
“Rechazamos de forma categórica todas las acusaciones”, dijo ayer el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. Peskov agregó que Moscú pide la discusión del tema “al nivel más alto” y por eso ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. El portavoz ruso pidió a los líderes internacionales “no apresurarse con declaraciones” condenatorias y “solicitar información de varias fuentes”. “Y que, como mínimo, escuchen nuestra argumentación”, recalcó.
Rusia, además, acusó al Reino Unido, que ocupa la presidencia de turno del Consejo de Seguridad de la ONU, de tratar de acallarla al rechazar su solicitud para celebrar una reunión específica sobre lo sucedido en Bucha. La delegación rusa anunció el pasado domingo que había solicitado un encuentro del Consejo de Seguridad “a la luz las atroces provocaciones de los radicales ucranianos en Bucha”, pero esa cita por ahora no se ha introducido en la agenda oficial en un mes en que el Consejo está presidido por el Reino Unido
La petición rusa se sumaba a una de Ucrania para analizar lo ocurrido en Bucha en otra reunión programada para hoy, cuando el máximo órgano de decisión de la ONU ya tenía previsto reunirse sobre la guerra.
En un mensaje a través de las redes sociales, la embajadora británica, Barbara Woodward, defendió que su país no va a permitir que Rusia “abuse” de su puesto en el Consejo de Seguridad (en el que tiene asiento permanente) para promover “sus mentiras y su propaganda”. Woodward confirmó que la supuesta matanza de Bucha y el resto de “crecientes pruebas de crímenes de guerra” se discutirán en la sesión de hoy martes.
Del otro lado, el embajador adjunto de Rusia, Dmitry Polyanskiy, acusó a Londres de usar “pretextos de procedimiento sin base” para “diluir” el debate solicitado por Moscú en otra reunión más amplia. “Claramente quieren evitar que planteemos el asunto por separado, lo que causaría daños a la reputación de los países occidentales que ya han culpado a Rusia por asesinar a civiles en Bucha. Esto no va a funcionar y el mundo debe conocer la verdad”, señaló a través de las redes sociales. Polyanskiy dijo que su país va a insistir en una reunión independiente, en la que quiere denunciar lo que considera una “provocación” por parte ucraniana para tratar de responsabilizar a Rusia.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó ayer que Putin debería ser juzgado por crímenes de guerra por la masacre de Bucha. “Tenemos que conseguir todos los detalles para que pueda haber un juicio por crímenes de guerra”, aseguró en declaraciones a la prensa al llegar a la Casa Blanca desde el estado de Delaware. “Este tipo es brutal y lo que está ocurriendo en Bucha es indignante”, añadió el mandatario, quien recalcó que Putin “debería rendir cuentas” por lo sucedido.
Preguntado por si considera un genocidio lo ocurrido en Bucha, Biden dijo que para él se trata de un “crimen de guerra”, que demuestra que él tenía razón cuando a mediados de marzo calificó por primera vez a Putin de “criminal de guerra” por su invasión de Ucrania.
“Recordarán que me criticaron por llamar criminal de guerra a Putin. Lo cierto es que todos ustedes han visto lo que ha pasado en Bucha. Eso lo justifica, él es un criminal de guerra, pero tenemos que recopilar la información”, subrayó.
Srebrenica
Tras un asedio que se prolongó durante dos años, el 11 de julio de 1995 el enclave bosnio de Srebrenica, una zona protegida por cascos azules holandeses de la ONU, fue ocupado por tropas serbobosbias bajo el mando del general Ratko Mladic. En los días siguientes más de 8.000 hombres y niños bosnios de religión musulmana fueron asesinados por el Ejército serbobosnio y enterrados en fosas comunes. El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) condenó a Mladic y a su jefe político, Radovan Karadzic, a cadena perpetua por genocidio, el único reconocido por la Justicia en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Vukovar
El 18 de noviembre de 1991, la localidad croata de Vukovar cayó en manos del ejército serbio-yugoslavo y unidades paramilitares serbias. Después de conquistar la ciudad, los serbios sacaron a dos centenares de croatas que se habían refugiado en el hospital local y los trasladaron a una granja situada en Ovcara, donde los golpearon durante horas antes de asesinarlos a tiros. Al menos otras 300 personas desaparecieron. La mayor condena, 20 años de prisión, recayó en ex coronel del Ejército yugoslavo Mile Mrksic.
Racak
El 15 de enero de 1999 las fuerzas serbias dieron muerte a 45 albano-kosovares, en su mayoría varones, alegando que se trató de una operación legítima de su policía antiterrorista y que los muertos eran combatientes del UCK. Sin embargo, el entonces jefe de la misión de la OSCE para Kosovo, el norteamericano William Walker, visitó Racak el 16 de enero y, al ver los cadáveres todavía desparramados en las afueras de la aldea, acusó a las autoridades serbias de haber cometido una matanza deliberada de civiles albano-kosovares.
Chechenia
Durante la guerra de Chechenia, librada por Rusia contra los rebeldes separatistas chechenos, se denunciaron matanzas en los alrededores de Grozni. En diciembre de 1999 se produjo la de Aljan Yurt, donde fueron asesinados cuarenta civiles. En enero siguiente, el barrio de Staropromislovski de la capital chechena fue escenario de otra masacre y en la localidad de Aldi se produjo la tercera, en febrero de 2000.
Osetia del Sur
En la guerra en Osetia del Sur librada por tropas georgianas y rusas en 2008, Aministía Internacional (AI) denunció diversos crímenes contra la población civil.